¡Hola! Como dije, el domingo subiría un capitulo y aquí lo teneís. Creo que me ha quedado un poco largo, pero bueno. Espero que hayaís pasado unas buena vacaciones que ya no queda nada para empezar de nuevo las clases. Me gustaría que contestárais la encuesta que he puesto en el blog si no os importa. Mi twitter, como siempre: @SaraiLoveSlayer; para cualquier cosa estoy ahí. Gracias por leer.
Hope you like it!
(Rose)
Tras
arreglarme, guardar lo necesario en una mochila y pasar a recoger a Alice, las
dos llegamos sobre las siete de la tarde a casa de Carol preparadas para
nuestra noche de chicas. Llamé al timbre y Ash vino a abrir, las hermanas
habían llegado antes que nosotras. Nos saludamos y fui a la cocina a dejar las
cosas que Carol me había encargado que comprase para la cena de esta noche y la
comida de mañana.
- ¿Había de
todo? –preguntó Carol cuando entré en la cocina. Asentí con la cabeza.- Genial,
déjalo ahí.-dejé las cosas sobre la encimera y me puse a ayudarla.-
- ¿Sabes que
nos tienes a todas intrigadas? –dije.
- ¿Yo? ¿Por
qué?
- Venga
Carol, no te hagas la loca, lo sabes perfectamente.
- No sé de
lo que me estás hablando. –Quiero mucho a esta chica, pero cuando se hace la
tonta me saca de mis casillas.
- Te hablo
del chico misterioso. –No me contestaba.- ¿Nunca piensas decirnos quién es?
¿Tan malo es que no se lo puedes contar a tus chicas?
- No es eso,
Ro.
- ¿Entonces?
¿Qué pasa? –La miré y estaba sonriendo.- ¿Y ahora porqué sonríes?
- Mañana lo
sabréis y no es nada malo, todo lo contrario. –sonrió de nuevo y se fue al
salón con una bandeja con una bebida para cada una.
Salí de la
cocina con un bol de patatas fritas y las demás ya estaban sentadas en el sofá.
Me preguntaban con la mirada si había conseguido lo que todas queríamos: saber
quién era el chico misterioso. Pero respondí negando con la cabeza, así que
decidieron “atacar” entre todas aunque creo que tendrán el mismo éxito que yo:
ninguno.
- ¿Qué
hiciste ayer, Alice? –dijo Emma guiñando un ojo a todas con la esperanza de que
Carol no se diera cuenta.
- Pues salí
a comer con mi familia. –respondió.- ¿Y tú? –me preguntó.
- Poca cosa,
me quedé en casa todo el día. ¿Y vosotras? –dije dirigiéndome a Ashley y Emma.
- Fuimos a
casa de los abuelos. –Carol la interrumpió.
-Chicas, sé
a donde queréis llegar con estas preguntitas, y vuelvo a deciros que lo siento
mucho pero aún no os lo puedo contar. En menos de lo que esperáis, lo sabréis y
entenderéis todo. –Y un “joo” general inundó el salón y terminó con aquella
conversación.
Después de
darnos por vencidas, cambiamos el tema de conversación hacia lo que nos
esperaba en el día de mañana: el concierto al que más deseábamos ir. Luego,
hicimos la cena, hoy tocaban hamburguesas. Y como solía ocurrir en nuestras
noches, terminábamos a las tantas de la madrugada hablando en la habitación de
Carol hasta que nos íbamos quedando dormidas poco a poco.
(Ashley)
Desperté
bastante temprano. Miré a mi alrededor, las chicas seguían durmiendo así que me
levanté con cuidado y salí sin hacer ruido de la habitación. Bajé hasta el
salón y me senté en el sofá. ¿Pero cómo conseguían dormir? ¿Cómo sabiendo que
en pocas horas estaríamos en el concierto teniendo muy cerca a aquellos chicos
que en poco tiempo nos habían robado el corazón? Yo desde luego no había pegado
ojo en toda la noche. Cada vez que cerraba los ojos para intentar dormir, la
imagen de Harry Styles aparecía en mi cabeza interrumpiendo mis intentos por
conciliar el sueño. Sus ojos verdes, sus rizos, su sonrisa. Tan solo el pensar
que esta noche le tendría tan cerca me producía un escalofrío. Al poco rato
noté que alguien bajaba las escaleras intentando no hacer ruido. Giré la cabeza
para ver de quién se trataba. Era Carol, se acercó al sofá y se sentó a mi
lado.
- No has
dormido nada, eh. –me preguntó.
- Nada de
nada. –dije negando con la cabeza riendo. –La culpa ha sido de Harry, ha estado
toda la noche paseándose a su antojo por mi cabeza.
- Tendremos
que decirle esta noche que no lo vuelva a hacer, no te deja descansar y te
salen ojeras. –dijo riendo.
- ¿Tengo
ojeras? –dije preocupada poniendo las manos encima de mis mejillas.
- Que no
tonta, que era una broma.
Las demás no
tardaron en bajar. Pasamos toda la mañana escuchando el cd “Up All Night” y
cantando por toda la casa. Menos mal que solo estábamos nosotras cinco, porque
si alguien nos veía pensaría que estamos más locas que unas cabras. Después de
comer decidimos empezar a arreglarnos para el concierto ya que teníamos que
ducharnos las cinco y claro, no queríamos llegar tarde.
(Carol)
Echamos a “piedra,
papel o tijera” quien entraba primera a la ducha. Gané yo, así que me puse a
ducharme pero sin tardar demasiado para que pasara la siguiente. Saqué del
armario unos pantalones cortos vaqueros ya que hacía calor, y me puse una
camiseta azul con la palabra “smile” escrita en blanco. Mientras las demás iban
arreglándose, terminé de secarme el pelo para planchármelo después. De vez en
cuando me asomaba a la puerta del baño para ver cómo iban, estaban nerviosas,
pero aún no sabían que lo mejor de la noche iba a ser el final. Después de
pintarme, como solía hacer, la raya inferior del ojo negra, darme un poco de
colorete y ponerme rímel, me puse las converse azules. Preparé un pequeño bolso
donde metí la blackberry y el monedero y cogí la sudadera que me había dejado
Louis para devolvérsela luego y bajé a esperar a las demás. Emma ya estaba
lista en la entrada.
- Oye, ¿esa
sudadera es nueva? –me preguntó. Esto no lo había previsto. Tonta, Carol. Eres
tonta.
Menos mal
que las demás empezaron a bajar y pude evitar el tener que contestar a esa
pregunta. Estábamos todas listas así que salimos en dirección al metro. Seis
paradas se interponían entre el estadio donde era el concierto y nosotras.
(Emma)
Tras seis
estaciones de metro al fin llegamos al estadio. Había un montón de gente por
los alrededores, y la cola para entrar era inmensa. Menos mal que nuestras
entradas eran numeradas y no necesitábamos pegarnos con nadie para conseguir un
buen sitio. A los 10 minutos abrieron las puertas y nos dejaron entrar.
Encontramos nuestro sitio, tan solo dos filas de sillas había entre nosotras y el
escenario. “Podrían quitar las sillas” pensé, “No nos vamos a sentar ni un
minuto durante el concierto”. Nos acomodamos, estábamos algo nerviosas.
Media
hora para que empezara. Quince minutos. Diez minutos. Cinco minutos. Esta
espera se me está haciendo eterna. Tres minutos. Dos minutos. Se apagaron las
luces y en el escenario se podían distinguir perfectamente las sombras de los
cinco miembros de One Direction. El estadio enloqueció. Solo se oían los gritos
de todas las que estábamos allí, nosotras cinco incluidas. Una melodía fácilmente
reconocible empezó a sonar y acabó la oscuridad. Empezaron cantando “Na na na”.
Cantábamos y saltábamos en nuestros sitios.
Me pareció
que el tiempo había pasado muy rápido. Cuando me quise dar cuenta, los chicos
estaban despidiéndose mientras cantaban “I want”. Aquello llegaba a su fin,
aunque yo querría seguir allí para siempre. Escuchando esas voces
espectaculares y viéndolos a ellos, a pocos metros de distancia.
Terminó la
canción y desaparecieron del escenario. Esperamos a que el mogollón de la gente
saliera para evitar empujones y salir tranquilamente.
- Me he
quedado sin palabras. –me decía Ashley.
- Chicas,
tengo algo que confesaros. –dijo Rose.
- ¿El qué? –preguntamos
a la vez.
- Estoy
enamorada. –contestó y reímos.
Mientras salíamos
de allí, vi que Carol escribía muy contenta algo con su móvil. Esta chica…o nos
cuenta que la pasa o tendré que usar mis métodos para hacerla hablar.
- Esperad,
aún no podemos irnos. –dijo Carol.
- ¿Por? ¿Qué
pasa? –dijo Alice.
(Carol)
Mientras
salíamos de allí, recibí un sms.
“Nos vamos a
cambiar y os esperamos en la puerta trasera. Da tu nombre al de seguridad, os
dejará entrar sin problemas. xx”
Era Louis,
naturalmente y le contesté que enseguida íbamos.
- Esperad,
aún no podemos irnos. –dije.
- ¿Por? ¿Qué
pasa? –dijo Alice.
- Seguidme. –contesté.
Las llevé hasta la puerta de atrás del estadio pero antes de dirigirme al de
seguridad, paré un momento. – Chicas, tengo que pediros algo.
- ¿El qué? –preguntó
Emma.
- Intentad
no gritar y comportaros con tranquilidad y normalidad, por favor. –dije y sin
dejarlas contestar fui donde estaba el de seguridad “Carol Martin” dije e hizo
un gesto de aprobación con la cabeza y nos guió a las cinco hasta una
habitación donde estaban los chicos.
(Alice)
Ninguna de
las cuatro sabíamos donde quería ir con tantas ganas Carol. Después de decirnos
que estuviéramos tranquilas se me ocurrió la loca idea de que tal vez los
chicos estuvieran a punto de salir y que quizás los veriamos y podríamos hacernos
alguna foto con ellos, pero cuando vi que se acercaba al de seguridad, me
descolocó por completo. Entramos por un pasillo y entonces vi que ellos estaban
allí. Los cinco. Y Carol se acercaba a saludarlos con total normalidad. No
entendía nada. Absolutamente nada.
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