Capítulo 30.

(Carol)

- ¿Pero vosotros no ibais a pasar las navidades en Italia? –pregunté después de dejarnos de abrazar los tres.

- Picaste, hermanita.-dijo Bea riendo. No entendía nada.

- ¿De verdad pensabas que te dejaríamos sola? –dijo mi padre.- Por cierto, felicidades por la boda.

- ¿Qué? Espera un momento, ¿cómo lo…?

- ¿Sabemos? –habló mi hermana. Asentí con la cabeza.- Fácil. El carrot.

- ¿Has hablado con él, papá?

- Sí, llamó hace un par de días para hablar conmigo y no me mires así, no te voy a decir lo que estuvimos hablando.-

- Jo.-dije como una niña pequeña.- Sigo sin saber cómo es que estáis aquí.

- El carrot de nuevo.-dijo Bea.- Y antes de que preguntes otra vez, la idea de decirte que nos íbamos a Italia sin ti también fue suya.-rió.

- Se va a enterar cuando vuelva…-dije.

(Emma)

Había quedado con Zayn a comer ya que luego, en la cena de Nochebuena y la comida de Navidad estaría en casa con mi familia. Me arreglé y al rato llamaron al timbre. Mi hermana abrió la puerta y cuando bajé, me encontré a Zayn hablando con mis padres y mi hermana.

- ¿De qué hablabais tan animados? –pregunté después de darle un beso en los labios.

- De nada interesante.-me respondió él.- ¿Verdad?

- Verdad.-respondieron los demás. Aquí estaban tramando algo.

- ¿Nos vamos? –me preguntó.

- Claro. Adiós familia.-me despedí de ellos y salimos de casa.- ¿Y bien? ¿Dónde vamos? –pregunté mientras caminábamos.

- A un restaurante.-contestó riendo.

- Que gracioso, eso ya me lo imaginaba.-le di un golpe en el brazo.

- Sin agredir, morena, que te quedas sin comer.-me dijo y le saqué la lengua.

(Zayn)

Ella no tenía ni idea. Pensaba que íbamos a comer los dos solos pero no era así. Mi familia había venido desde Bradford a pasar las navidades conmigo y quería que conocieran a Emma. Claro que la llevaba engañada, si se lo hubiera dicho seguramente se hubiera negado rotundamente, hubiera dicho algo como “Zayn no, que seguro que les caigo mal y piensan que no soy buena para ti” o algo por el estilo.

- Aquí es.-dije cuando llegamos al restaurante. Abrí la puerta para que entrara ella primero y yo pasé detrás.- ¿Puedo pedirte una cosa? –dije cogiendo su mano.

- Claro, dime.

- No me mates por esto, por favor.-dije soltando una pequeña risa después. Me miró con cara de no entender nada y tiré de ella hasta la mesa donde estaba mi familia.

- Claro que te voy a matar, en cuanto estemos solos.-susurró detrás de mí.

- Si es a besos no me importa.-contesté de la misma manera antes de llegar a la mesa.- Hola mamá, hola papá.-la saludé con un beso en la mejilla y a mi padre con un abrazo.- ¿Y mis chicas?

- Han ido al baño.-contestó mi madre y a los pocos segundos salieron las tres, a las que abracé de inmediato.

- Familia, ella es Emma, mi novia.-dije sonriendo.- Em, papá, mamá, Doniya, Waliyha y Safaa.-hice las presentaciones.

- Encantada de conocerlos, señores Malik.-dijo ella algo tímida.

- Nada de hablarnos de usted.-dijo mi padre saludándola con un par de besos en la mejilla.

- Ya era hora de que nos la presentaras, hijo.-dijo mi madre saludándola igual. Nos sentamos en la mesa.

- Pues ha venido engañada.-dije riendo.

- Si me lo hubieras dicho, hubiera venido igual.-me contestó.

- No mientas, hubieras empezado con tus paranoias de que no ibas a gustarles.

- No te preocupes, somos una familia muy normal.-dijo Doniya.- No mordemos ni cosas así.-todos reímos.

(Rose)

- ¿Estás segura de que quieres hacerlo? –me preguntó Liam por no sé cuánta vez.

- Sí, a pesar de todo es mi padre.-dije. Estábamos frente a la puerta de mi casa, había querido venir a felicitar a mi padre la Navidad y a darle un pequeño regalo que le había comprado. Llamé al timbre y esperé a que abrieran.

- Hombre, la desaparecida.-dijo Ryan.

- ¿Quién es? –escuché la voz de su madre.

- Es Rose.-contestó él, hablaba con un tono despectivo hacia mí. Escuché que ella llamaba a mi padre, que en seguida salió a la puerta. Ryan también se fue.

- ¿Qué haces aquí? -preguntó extrañado de verme ahí.

- Solo venía a desearte que lo pasaras bien estos días y a darte esto.-le di el paquete.

- No tenías que traer nada, Rose. ¿Qué tal estás?

- Muy bien papá, ¿y tú?

- Como siempre, ya sabes.-sonrió.

(Liam)

Ambos se quedaron callados unos segundos, simplemente mirándose. Algo me decía que su padre era un buen hombre y que la culpa de todo la tenían Ryan y su madre.

- Odio interrumpir pero, tenemos que irnos, Rose.-le dije.

- Si claro. Adiós papá, ya nos veremos.-dijo ella y le besó en la mejilla. Íbamos a irnos cuando noté que alguien me cogía ligeramente del brazo. Era su padre.

- Gracias por cuidar a mi niña.-dijo. Yo solamente sonreí, y asentí con la cabeza.

Me puse al lado de Rose y caminamos hasta el metro para llegar a nuestra casa donde teníamos nuestras maletas ya preparadas. Las cogimos y fuimos a la estación, a coger un tren dirección Wolverhampton para pasar estos días allí.

- ¿Estás bien? –le pregunté una vez ya sentados en el tren. Asintió y apoyo la cabeza en mi hombro.- Te quiero.

- Y yo a ti.-besé su pelo y seguimos así durante todo el camino.

Cuando llegamos, nuestra familia estaba esperándonos allí, no era la primera vez que se veían, se conocieron una vez que ellos vinieron a verme a Londres.

(Niall)

Sus padres tenían que trabajar justo para estas fechas así que como no iba a permitir que se quedara aquí sola, nos fuimos los dos, bueno, los cuatro si contamos a nuestros futuros bebés, a Irlanda.

En cuanto llegamos al aeropuerto de Dublín, mi padre estaba allí, esperándonos para llevarnos en coche hasta Mullingar. Nos quedaríamos en casa de mi padre, así que dejamos todas las cosas allí y después fuimos a ver a mi madre.

La verdad es que me encantaba que Alice se llevara tan bien con ellos, y que ellos se hubieran tomado de esa forma lo del embarazo.

- ¿Ya habéis pensado nombres? –nos preguntó mi madre después de comer. Estábamos en el sofá.

- Les preguntamos a los chicos pero se formó un auténtico caos.-dijo Alice riendo.

- ¿Tú tienes alguno en especial que te guste, mamá? –pregunté yo.

- Eso lo tenéis que decidir vosotros.

- Venga, necesitamos dos nombres.-dijo Alice.

- Victoria por ejemplo, es un nombre que me gusta mucho.-dijo.

- Suena bien.-comenté.

- Pues listo, si alguno de los dos es una niña, Victoria.-concluyó Alice.

(Harry)

- No salgas mucho de fiesta mientras no estoy eh.-le dije en la puerta de su casa.

- Eso debería decírtelo yo a ti, ¿no crees? –me dijo y reímos.

- Si son solo un par de días, no habrá tiempo a que vaya de fiesta.-dije. Ella sonrió.

- Más te vale, Styles.-dijo amenazante, riendo después.

- A sus órdenes, señorita.-besé sus labios.- Me voy.

- Te quiero.-me dijo.

- Yo más.-la besé de nuevo antes de que pudiera replicar.

Después de despedirme de Ash, fui a casa de Carol, no la había visto desde hacía unos días y quería pasar a saludarla antes de ir a casa por Navidad. Llamé al timbre y me abrió su hermana.

- ¡Hola Harry! –me saludó con un abrazo.

- Vaya, ¿pero tú cómo lo haces, pequeña? Estás más guapa que cuando nos vimos en Madrid.-sonreí.

- Anda, anda, no seas pelota, ricitos de oro.-me dijo revolviéndome el pelo.

- ¿Quién es, Bea? –escuché la voz de Carol.

- Un pesado con el pelo rizado.-le contestó ella.

- ¡Rizos! –dijo Carol viniendo a saludarme con un beso en la mejilla.

- ¿Qué tal ha ido en Doncaster?

- No podía ir mejor, la verdad.-sonrió ampliamente. Cogí su mano, donde llevaba el anillo.

- ¿Te gustó? –asintió con la cabeza.- Lo sabía.

- ¿Qué? ¿Tú también?

- Por supuesto, a ver si crees que tu chico tiene tan buen gusto.-dije riendo.

- Oye.-me dio un golpe en el brazo.- Con mi chico no te metas.

- Auch.-me toqué el brazo.

- Te lo mereces, por traidor.-dijo.- ¿Quieres tomar algo?

- Gracias pero no, tengo que irme, voy a casa unos días, solo había pasado a verte un ratito.

- Mírale qué adorable él cuando quiere.

- Eh, de eso nada, lo soy siempre.

- Ya, ya, lo que tú digas.-dijo mientras abría la puerta para salir.- Pásalo bien, ¿vale?

- Lo mismo digo.-nos abrazamos.- Nos vemos para fin de año.

- Me parece que no. Louis tiene algo planeado.

- Ah, cierto.

- ¿Eso también lo sabes? –asentí con la cabeza.

- Pero no puedo contártelo.-besé su mejilla.- Adiós Rubia.

Y salí de allí, directo a la estación para coger un tren que me llevara de vuelta a casa durante unos días. Lo echaba de menos.

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¡Hola chicas! Habréis podido comprobar que he cambiado el look del blog, es que me apetecía, ¿qué os parece? ¿os gusta? :) También he aprovechado y he cambiado algunas de las canciones y esas cosillas... Espero que os haya gustado el capítulo, sé que algunas estábais impacientes por saber quién había llegado a casa de Carol y ahí lo tenéis. En este capitulo han vuelto a aparecer un poco más los demás, que sé también que los echábais de menos. Nada más, muchísimas gracias. Os quiero.

Sarai.