Capítulo 29.

(Carol)

Volvimos a casa de Louis a la hora de cenar después de haber pasado toda la tarde dando vueltas por Doncaster.

- ¿Qué tal lo habéis pasado? –preguntó Jay cuando entramos.

- Muy bien.-gritaron las gemelas a la vez.

- Muy mal.-dijo Louis.- Entre todas me van a arruinar.-

- ¿Tanto habéis comprado?

- Que va, es que es un exagerado.-dijo la mayor.

Empezamos a enseñar lo que habíamos comprado, casi todo accesorios, yo siempre llevaba bastantes pulseras en la muñeca derecha y había añadido un par más a mi colección, Lotte y Fizzy se habían comprado unos pendientes cada una y a las gemelas, una muñeca de trapo a cada una.

- También te hemos traído algo a ti, mami.-dijo Fizzy dándola una caja. Un colgante que nos había gustado a las tres para ella.

Ayudé a Jay a hacer la cena mientras los demás ponían la mesa y después de ver una película, subimos a dormir. A la mañana siguiente, me despertó un mensaje en mi móvil. Era de mi hermana.

“No vengas a Madrid para Navidad, papé y yo nos vamos a pasarla a Italia. Nos vemos en Reyes. Te queremos.”

“Te queremos” Sí, ya veo cuánto que os vais por ahí y no pasaremos Navidad juntos. Alguien llamó a la puerta, interrumpiendo mis pensamientos.

- Buenos días zanahoria.-dijo.- ¿Y esa cara? ¿Qué pasa?-Le enseñé el mensaje.

- Es un poco raro, ¿no crees? Quiero decir, es el primer año que mi madre no va a estar, lo normal hubiera sido pasarlo juntos…-dije apoyando mi cabeza en su hombro.

- Quizás han pensado mejor ir fuera para que tu casa no les traiga recuerdos.-me dijo abrazándome. Aun así me parecía extraño.- Y ahora venga, vamos a desayunar.-dijo besando mi cabeza.

Nos levantamos y bajamos a desayunar.

- ¿Has conseguido hacer el desayuno sin quemar la casa?

- Ja-Ja. Que graciosa.-me sacó la lengua.

- ¿Y tus hermanas? –pregunté comiendo una magdalena.

- Han salido con mi madre a comprar, creo.-contestó.- Les has caído bien.-sonreí.

- Menos mal.-él rió.- Son adorables las cuatro.

- Cuando pases más tiempo con ellas cambiarás de opinión.-seguimos hablando mientras terminábamos de desayunar.- Ven, tengo algo para ti.-dijo cogiendo mi mano, llevándome al salón. Se sentó en el piano que el día anterior me había llamado la atención.

- No me habías dicho que sabías tocar el piano.-dije y me indicó que me sentara en el banco a su lado.

- Un poquito solo.-me senté junto a él, levantó la tapa y puso los dedos sobre las teclas.- Canta conmigo que te la sabes.-dijo y esperé a que empezara a tocar. Efectivamente, me sabía aquella canción. Pero preferí escucharle a él.

- If time were still, the sun would never never find us. we could light up the sky tonight, I could see the world through your eyes and leave it all behind.-

- If it's you and me forever If it's you and me right now that'd be alright, be alright .-me uní a él en el estribillo.- If we chase the stars to lose our shadow Peter Pan and Wendy turned out fine. So, won't you fly with me? –me miró y sonreí. Siguió cantando.- Oh yeah, gotta fly with me now.

 - Now the past has come alive and given meaning and a reason to give all I can to believe once again. If it's you and me forever If it's you and me right now, that'd be alright, be alright. If we chase the stars to lose our shadow, Peter Pan and Wendy turned out fine. So, won't you fly with me? Maybe you were just afraid knowing you were miles away from a place where you needed to be and you are right here with me.-dejó de tocar para sacar algo del bolsillo del pantalón del pijama.- If it's you and me forever If it's you and me right now that'd be alright.-abrió la caja mientras cantaba esa última frase, mirándome, dejando al descubierto un anillo sencillo pero precioso. Una sonrisa no tardó ni un segundo en adueñarse de mi cara, mientras él, terminaba de cantar aquella canción, sonriendo, sin dejar de mirarme, sin tocar ya el piano.- If it's you and me forever If it's you and me right now I'd be alright, be alright. If we chase the stars to lose our shadow Peter Pan and Wendy turned out fine. So, won't you fly, fly, fly with me? –no dejé casi que terminara para unir sus labios con los míos.

- Eres lo mejor que me ha pasado en esta vida, ¿lo sabías? –susurré en sus labios.

- Siempre está bien que me lo recuerdes.-sonreímos y cogió mi mano para ponerme el anillo.- ¿Te gusta?

- Es precioso, me encanta.-sonreí mirándolo.

(…)

- Esperamos que vuelvas pronto.-me dijo Jay abrazándome.

- Claro, cuando este me quiera traer.-reímos.

- Adiós Carol.-dijeron las gemelas mientras me abrazaban y yo besé su mejilla.

- Adiós pequeñas.-sonreí.- Hasta la próxima, chicas.-me despedí de las dos mayores con otro abrazo y un beso en la mejilla.

Louis me llevó en coche hasta la estación de tren. Yo volvería a Londres a pasar el día 24 y 25 con primo que estaba allí solo, y él se quedaría aquí para estar en su cumpleaños con su familia.

- Llámame cuando llegues, ¿vale?-me dijo cuando llamaron a los pasajeros del tren con destino a Londres.

- Claro.-sonreí.- Pásalo bien mañana.

- Me faltarás tú para que sea perfecto.

- Te quiero mi zanahorio.-sonrió y nos besamos.

- Te quiero pequeña Tomlinson.-dijo después de besarnos.- Ve preparando la maleta para mis planes de fin de año.

- Lo haré.-reí y le besé por última vez antes de subir al tren.

Llegué a Londres un par de horas después y cogí un taxi que me llevara a casa.

- Hola.-salude cuando entré. Estaban Rob y Els en el sofá.

- ¿Qué tal ha ido el fin de semana? –me preguntó él.

- Estupendamente.-contesté.- ¿Vosotros qué tal?

- Muy bien, no me puedo quejar.-respondió Eleanor.

Subí a dejar la maleta en la habitación y bajé a preparar algo de comer, ya tenía hambre. Estuvimos comiendo los tres y después, llamé a las chicas y salimos por ahí de compras. La noticia de Alice nos dejó a todas impresionadas, resulta que ahora no iban a tener un bebé si no dos.

- No eres la única con noticias nuevas, Alice.-dije cuando nos sentamos en un Starbucks a tomar un café.

- Suéltalo, Carol.-dijo Emma rápidamente.

- Louis y yo…-no terminé la frase, me gustaba verlas intrigadas, así que solamente les enseñé la mano con el anillo.

- ¿Estás de broma, no? –dijo Ashley. Negué con la cabeza.

- Totalmente en serio.-sonreí.

- Awww.-dijo Rose.- Felicidades.-me abrazó.

- Gracias.

- ¿Y cómo fue? –preguntó Emma.

- Pues estábamos desayunando en mi casa, hablando sobre qué iba a hacer en Navidades y cuando acabara mi beca, y de repente lo soltó, así sin más.

- Típico del Tommo.-dijo Alice y reímos.- Lo peor de esto es que tendré que ir gorda a tu boda, no es justo.-se quejó.

Terminamos de tomar cada una su café mientras charlábamos un poco más: Rose nos contaba que seguía igual de bien con Liam que siempre, aunque había un pequeño detalle que lo hacía todo incluso mejor después de su cumpleaños; Emma que cada día estaba más enamorada de Zayn si eso era posible; Ashley que Harry y ella habían conseguido estar como al principio y Alice que Niall  estaba cada día más nervioso con lo del embarazo. Decidimos salir de allí aunque no fue fácil, nos encontramos a un montón de periodistas esperando en la puerta del Starbucks. Nos miramos sin entender nada, desde hacía unos meses, los chicos habían conseguido que los paparazzis nos dejaran más o menos en paz a nosotras y que no nos persiguieran, pero al parecer, la tranquilidad se había terminado. Todas miramos a Emma, que se echó a reír.

- No os preocupéis, no voy a volver a perder a Zayn, tranquilas.-dijo.

- ¿Y ahora qué hacemos? No vamos a poder salir.-dijo Ashley.

- ¿Qué os parece si tomamos otro café y esperamos un poco a ver si s cansan de esperarnos? –propuso Rose.

Todas estuvimos de acuerdo, así que volvimos a pedir otro café y nos sentamos en la misma mesa de antes. Veíamos flashes saltar al otro lado del cristal, algunos hasta golpeaban la ventana intentando captar nuestra atención pero decidimos seguir a lo nuestro. Cuando terminamos ese segundo café, casi todos se habían ido por lo que pudimos salir tranquilamente, claro, aunque todavía quedaban los que no se daban por vencidos tan fácilmente.

- ¿Qué tal va tu embarazo, Alice? –preguntó uno.

- ¿Es verdad que Harry y tú habéis vuelto? –decía otro.

- ¿Y ese anillo? ¿Te lo ha regalado Louis?

- Dicen que Zayn y tú habéis discutido, ¿es cierto?

- ¿Cómo está Liam, Rose?

Y un montón de preguntas más nos atacaron en cuanto pusimos un pie fuera de allí. No contestamos a nada y como esta vez eran bastantes menos conseguimos llegar a la calle y despistarlos para volver a casa.

- Parece que vienes cansada.-dijo mi primo.

- Hemos tenido que correr, nos perseguían paparazzis.-dije y él rió.

- ¿Cenamos y vemos una peli? –me preguntó y asentí a modo de respuesta.

Subí a dejar lo que había comprado y bajé a la cocina. Los dos nos pusimos a hacer la cena y nos sentamos en el sofá a ver qué películas echaban en la tele aquella noche.

Miré el reloj. Las doce en punto. Me levanté corriendo del sofá a coger mi teléfono móvil.

- Pero ¿dónde vas loca? –dijo riendo.

- Ya es 24.-dije volviendo, con el teléfono en la oreja ya, esperando a que lo cogiera.- ¡FELICIDADES!

- Gracias, pequeña. Que puntual.-reímos. Estuvimos hablando un rato más por teléfono, y le conté lo de los periodistas al salir del Starbucks.- ¿Pero estáis bien, no?

- Si claro, ¿qué crees? ¿Qué nos han atacado o algo? –reí.

- No tonta, pero sé que es un poco fastidioso que te persigan y esas cosas.

- Es igual, sabíamos que si salíamos con vosotros habría que aguantar esto. Lo raro es que hayáis conseguido que nos dejaran en paz tanto tiempo.

- Eso mismo me pregunto yo.-reímos de nuevo.-

- Bueno zanahorio, me voy a dormir.

- Vale pequeña, descansa y sueña conmigo, eh.

- Soñaré con quien yo quiera.-dije.

- No, no, tienes que soñar conmigo, si no, no vale.

- Vaaaaaaale. Lo haré. Te quiero, Lou.

- Te quiero, pequeña.

Me metí en la cama y a la mañana siguiente los golpes de alguien llamando a la puerta de la habitación, me despertaron.

- ¿Qué quieres Rob? –dije levantándome de la cama.

- Que hay alguien abajo que quiere verte.

- ¿Quién?

- Ah, baja a verlo.

Salí de la habitación y no me podía creer que estuvieran aquí, en cuanto los vi, fui a abrazarlos.

 

~

¡Hola, hola! ¿Qué tal? Vale, sí, podeis matarme si quereis por haber tardado tanto. Lo siento, ahora estoy en exámenes, y bueno, hoy he sacado tiempo para el capítulo pero no creo que vuelva a subir hasta el fin de semana. Muchísimas gracias por todo, chicas. Os quiero.

Sarai.