Capítulo 40

¡Hola lectoras mías! Aquí os dejo el capítulo 40, madre mía, quién me iba a decir a mí que llegaría a tantos, claro que no lo hubiera hecho sin vosotras :') Espero que os guste lo que pasa en este capítulo, bueno, ya me direis*___* Link de mi otra nove: takemetoanotherworld-fic.blogspot.com Comentad ya sabeis :) Os quiero, gracias por leer.

Hope you like it!

(Harry)

En la última semana habíamos estado bastante ocupados y no habíamos podido quedar con las chicas y pasar un buen rato juntos como la última tarde, menos mal que eso acabaría hoy con la celebración del cumpleaños de nuestro irlandés. Llegamos a la puerta del restaurante tan solo faltaban Niall y Alice. Cuando los vimos aparecer al fondo de la calle empezamos a cantar todos el cumpleaños feliz montando un poco de escándalo en la puerta del restaurante. Después de saludarnos y demás, entramos, teníamos una mesa reservada al fondo y nos sentamos. Niall presidiendo la mesa, claro, para eso era el que cumplía años, a su derecha, Alice, a su lado, Carol, después Louis y cerrando ese lado de la mesa yo. A mi lado, presidiendo también, Ashley, luego Emma, después Zayn, Liam y finalmente Rose.

Tardamos bastante en decidir cada uno qué quería de cenar. Cuando al final elegimos, lo pedimos a los camareros y al rato nos lo trajeron. Pasamos la cena charlando, contándonos qué habíamos echo durante la semana que no nos habíamos visto y como no riendo también con nuestras chorradas habituales. Al terminar el postre, fuimos a una discoteca bastante cerca del restaurante. Entramos y las chicas fueron directamente al ropero a dejar los bolsos mientras que nosotros fuimos a pedir las bebidas. Cuando volvieron, en seguida se pusieron a bailar, menos yo que me quedé sentado en la barra, no me apetecía mucho ahora mismo bailar y prefería quedarme a observar más detenidamente a Ashley. Esta noche estaba realmente preciosa, no había dejado de pensar en ella en todos estos días pero no habíamos vuelto a hablar desde el lunes cuando vino a buscar su colgante y no sé muy bien por qué no lo había echo si me moría de ganas de pasar tiempo con ella. Sí, probablemente sea un poco idiota. Sentado en la barra, pude comprobar cómo finalmente habían encajado las parejas, lo de Louis y Carol ya lo sabíamos y más o menos veía venir lo de Alice y Niall pero no me esperaba tan pronto que Emma y Zayn estuvieran juntos, los que me tenían un poco despistados eran Liam y Rose, él nos había contado que Rose vivía ahora con él pero no nos había explicado muy bien la razón así que no sé bien qué hay entre ellos.

- ¡Rizos! –dijo alguien a mi lado haciendo que dejara de pensar.

- ¡Rubia! –sonreí.

- ¿Qué haces aquí tan solo? –preguntó sentándose a mi lado.

- Observar a la gente.-contesté riendo.

- Hm, interesante, ¿a alguien en especial? –dijo levantando una ceja.

- Claro que no, a la gente en general.

- Ya claro, a la gente en general y a Ash en particular.-rió.

- No digas bobadas.-dije.

- No las digo, ¿cuándo piensas decirle que la quieres?

- ¿Decirle qué? Eso no es verdad, Carol, estás chiflada, ¿tan pronto te ha hecho efecto el alcohol? –dije intentando evadir el tema.

- A mi no me engañas rizos, te sale un brillo especial en los ojos cuando la miras. La quieres y la perderás si no haces algo pronto, te lo advierto.

- ¿Lo dices en serio? –asentí con la cabeza.

- Totalmente, pensará que no te importa y se olvidará de ti para no sufrir.-agaché la cabeza, mirando al suelo al escuchar sus palabras.

- Pero si me importa, y mucho, más de lo que imaginas, Carol, mucho más.-dije casi en un susurro.

- Aún estás a tiempo, rizos.-me sonrió y yo hice lo mismo.- Y ahora vámonos a bailar.-dijo cogiéndome de la mano, arrastrándome a la pista.

- Gracias Carol.-dije dejándome llevar por ella.

(Zayn)

Esto me recordaba a la última fiesta a la que fuimos los diez y reí recordando cómo acabamos todos y por lo que veía, íbamos más o menos por el mismo camino que la vez anterior. Bailábamos como locos, en un gran corro que habíamos formado en la pista, cada uno con su bebida en la mano, la verdad es que después de una semana agotadora, venía bien un poco de marcha. Pasamos una noche inolvidable como se había convertido cada día desde que habíamos conocido a nuestras cinco maravillosas chicas. Sobre las cuatro de la mañana o así, no lo recuerdo muy bien, decidimos salir de allí y empezamos a despedirnos.

- Yo acompaño a Carol hasta casa, he dejado el coche allí.-dijo Louis.

- Espero que nos veamos pronto otra vez todos juntos eh.-dijo Carol despidiéndose de todos con un beso en la mejilla y ambos se fueron.

 - Un momento.-dijo Liam.- ¿dónde se han metido Niall y Alice?

Todos nos miramos y ninguno sabíamos donde podrían estar aquellos dos. Sonó un móvil, el de Rose.

- Se han ido ya.-dijo.- Alice me acaba de enviar un mensaje.

- Tenemos un problema.-dijo Ashley.- somos seis y en el coche solo caben cinco.

- ¿Quién te ha dicho a ti que solo haya un coche? –dijo Harry.- Traje el mío.

- Entonces ya está solucionado el problema.-dije yo.-

Dejamos que Liam y Rose se fueran solos en el coche de Liam y nosotros cuatro fuimos con Harry, primero a casa de las hermanas a dejarlas. Emma y yo nos despedimos con un dulce beso en los labios mientras Ashley dio un beso en la mejilla a Harry y después vino a despedirse de mí también. Las vimos entrar en casa y después Harry arrancó de nuevo el coche en dirección a mi casa.

(Alice)

Estaba bailando con las chicas en la fiesta cuando Niall se me acercó por detrás y me abrazó, separándome después del grupo y me puse a bailar con él. Estaba feliz, cada minuto que estaba en su compañía no podía dejar de sonreír aunque quisiera.

- Me apetece estar contigo a solas.-susurró en mi oído y sonreí.

- ¿Qué me quiere hacer señorito Horan? –dije de la misma forma, riendo.

- ¿Yo? Nada, solo quiero terminar mi cumpleaños con mi chica, abrazados, sentados en el sofá por ejemplo.-me dijo.

- ¿Y los demás, qué? –dije.

- Vámonos.-dijo mirándome sonriendo.-

Agarré su mano, entrelazando sus dedos con los míos y salimos de la discoteca. Caminamos así hasta llegar a su casa. Abrió la puerta y entramos. Dejé el bolso colgado del perchero de la entrada pero antes cogí el móvil.

- ¿Qué haces? –me preguntó.

- Avisar de que nos hemos ido, a ver si se van a poner a buscarnos.-dije escribiendo un mensaje a Rose.

- ¿Quieres que veamos una peli? –dijo entrando en el salón.

- ¿A estas horas? –reí guardando el móvil en el bolso.

- ¿Y qué más da? Voy a hacer palomitas.-volví a reír al escucharle. Me encantaba.

Escogí una película que tenía por allí mientras él hacia las palomitas y al rato volvió al salón con un cuenco enorme lleno. Puso el dvd y nos sentamos en el sofá. Rodeaba mis hombros con uno de sus brazos y yo apoyaba la cabeza en su hombro.

- ¿Dónde se cree que va usted señorita? –dijo cuando iba a coger un puñado de palomitas.

- ¿No me das unas pocas? –pregunté mirándole intentando no reír.

- Ni una.-dijo negando con la cabeza.

- Eres un malvado, Niall James Horan.-dije cogiendo un puñado y tirándoselo a la cara.

- Uh, ahora verás.-dijo y conseguí levantarme del sofá y salir corriendo por toda la casa antes que él.- No te escondas, cobarde.-gritó y no pude evitar reír. Claro, eso fue lo que me delató de mi escondite.- Aquí estás.-dijo acercándose a mí, me había intentado esconder tras la puerta de su habitación, yo andaba hacia atrás riendo mientras él se acercaba más hasta que mi espalda chocó con la pared.- ¿Y ahora qué? –dijo poniendo sus manos a la altura de mi cabeza.

- Pues que como me has encontrado se ha terminado el juego.-dije riendo mirándole.

Aún conseguía ponerme nerviosa cuando estábamos tan cerca. Vi cómo sus ojos azules miraban mis labios. Mordí mi labio inferior mirándole, no podía resistirme a estar tan cerca de él sin besarle y eso hice. Empezó un beso suave, lento, dulce, como solían ser sus besos, esos a los que en tan poco tiempo ya me había echo adicta. Poco a poco nuestras lenguas empezaron a jugar entre ellas y el beso pasó a ser algo más apasionado. Me cogió en brazos, dejando de besarnos tan solo un instante para coger aire y volvió a besarme de nuevo mientras me dejaba delicadamente sobre la cama y él se ponía sobre mí sin dejar que su peso cayera sobre mí. 

Quizás ahora estaba más nerviosa, podía imaginarme lo que estaba a punto de pasar, sería mi primera vez y no imaginaba que pudiera ser con alguien mejor que él. Noté cómo una de sus manos entraba dentro de mi camiseta acariciando mi cintura y luego se deshacía de ella. Yo hice lo mismo con la suya y dejamos de besarnos por un momento para quedarnos mirándonos a los ojos y sonreír como lo que éramos: dos enamorados que querían dar el siguiente paso en esa relación. Desabrochó cuidadosamente mi pantalón y ahí empezó sin duda la mejor noche de toda mi vida, una que jamás podría olvidar, junto al amor de mi vida.