(Carol)
No podía dormir más y todo era culpa de
los nervios. Miré a mí alrededor. Las chicas seguían dormidas, a excepción de
mi hermana que también estaba despierta a pesar de seguir tumbada en la cama.
Me hizo una señal y ambas salimos de la habitación. Preparé un café para cada
una y nos sentamos en el sofá, aún eran las ocho de la mañana, así que era
pronto para despertar a las demás.
- ¿Qué tal has dormido? –me preguntó.
- Fatal.-reí.-
- ¿Muy nerviosa? –asentí con la cabeza.
Suspiré.- ¿Pasa algo, Carol? –negué con la cabeza y la vista se me nubló a
causa de las lágrimas que empezaban a acumularse en mis ojos. Bea se acercó a
mí y me abrazó.- Echas de menos a mamá, ¿verdad?
- No sabes cuánto.-Ambas nos echamos a
llorar. Siempre había pensado que en ese día tan importante para mí, mi madre
estaría a mi lado, me ayudaría a vestirme y a prepararme para la boda. Pero eso
era imposible porque hacía ya más de un año que nos había dejado y no había pasado
un solo día que no me acordara de ella.
- ¿Qué pasa chicas? –dijo preocupada
Ash apareciendo por el salón.- Entiendo.-dijo unos segundos después y vino a
unirse al abrazo.- Sabes que estará allí, aunque no sea físicamente.-asentí con
la cabeza.- No lloréis anda.
Poco a poco todas fueron despertándose
y desayunamos juntas. Fui la primera en entrar a la ducha para esperar después
a que Gemma llegara. A las nueve, tal y como había dicho, se presentó en mi
casa, con su vestido en una funda para no arrugárselo mientras estaba allí.
Fuimos a mi habitación a que me peinara mientras las demás empezaban a
arreglarse. No pude evitar reír mientras escuchaba como se gritaban unas a
otras, echaban a suertes la posición de entrada al baño y como alguna
preguntaba desesperada porque no se acordaba de dónde había dejado los zapatos
la noche anterior. ¡Qué caos!
(Louis)
- ¿No podemos ir un poco más rápido?
–pregunté algo nervioso. Miré el reloj. Las doce y diez y Harry y yo aun no
habíamos llegado a casa.
- ¿Quieres tranquilizarte?
- ¿Cómo quieres que me tranquilice?
¡Voy a llegar tarde a mi propia boda! –
Llegamos unos cinco minutos después,
aparcó rápidamente y entramos en casa. Empecé a desvestirme por el pasillo,
corriendo prácticamente hasta el baño. Salí en unos minutos y enrollé una
toalla a mi cintura, quité el exceso de agua del pelo con una toalla y fui a mi
habitación donde estaba el smoquin ya preparado sobre la cama. Me vestí lo más
rápido que pude y me puse frente al espejo para hacerme bien el nudo de la corbata.
- Lou, me voy a recoger a Carol, Liam
vendrá en cinco minutos a por ti, nos vemos allí.-dijo asomando la cabeza por
la puerta de la habitación.
- De acuerdo.-sonrió.- Harold.-le llamé
y volvió a aparecer.- Si llegais antes, da un par de vueltas con el coche, no
quiero que entre antes que yo.-Él rió.
- Todo va a salir bien, no te
preocupes.-y salió de allí, dejándome solo en la habitación, peleándome con la
corbata. Un rato después, sonó el timbre, bajé a abrir.
- ¿Todavía estás así? –preguntó Liam.
- ¡Si es que no quiere que haga el
nudo! –me quejé y él rió.
- A ver, déjame a mí.-Y no tardó más de
medio minuto en hacer el nudo.- Venga, vámonos.
(Emma)
Estábamos todas en casa de Carol,
incluídas Gemma y Jay que habían venido para ayudarnos un poco. Todas estábamos
nerviosas y era un auténtico caos. Eran las doce más o menos cuando se abrió la
puerta. Roberto.
- ¿Se puede saber por qué llegas a
estas horas? –le pregunté.
- Verás es que los chicos digamos que
nos quedamos traspuestos, acabamos de despertarnos gracias a Zayn.- Oh, Dios.
Esto no podía estar pasando.
- Corre a vestirte y ni se te ocurra
decirle nada a Carol o se pondrá más nerviosa de lo que está.-él subió
corriendo las escaleras.- Espera, Rob, ¿y su padre? Me ha preguntado ya varias
veces por él.
- En unos minutos llegará, ha ido al
hotel a cambiarse.
Quedaba una hora, bueno, algo menos si
tenemos en cuenta que teníamos que salir antes para llegar bien a la iglesia.
Harry sería el encargado de llevar a la novia y al padrino, nosotras iríamos en
mi coche y Rob y la hermana de Carol se irían en un taxi con Gemma. Jay se fue
cuando Carol estuvo lista, quería estar, lógicamente, con su hijo ya en la
iglesia esperando a que todos los demás llegaran.
(Carol)
Cada vez que miraba el reloj, más
nerviosa me ponía. Mi padre debería haber llegado ya hacía un rato, eran las
doce y cuarto y no había ni rastro de él.
- Tranquila, Carol.-me decía Rose que
estaba conmigo en mi habitación. Sonó el timbre de nuevo.
- ¡Ya voy yo! –dijo mi hermana
corriendo por el pasillo.- ¡Al fin llegas, papá!
- Ya estoy aquí.-dijo entrando a la
habitación.
- Os dejo solos.-Rose besó mi mejilla y
salió.
- Estás preciosa.-sonreí y nos
abrazamos.- Te he traído algo, dicen que hay que llevar algo viejo y algo
azul.-sacó algo de su bolsillo. Unos alfileres con una flor blanca y algunos
pequeños detalles en azul.- Tu madre las llevó en nuestra boda.-sonrió.- y
seguramente querría que las llevaras tú también.
- Gracias papá.-le abracé de nuevo.
- Eh, eh, nada de llorar.-dijo cogiendo
mi cara entre sus manos. Sonó el timbre de nuevo. “Ese debe ser Harry”, pensé.-
Creo que han venido a por nosotros.
- Baja tú, en seguida voy.-le dije y me
miré por última vez en el espejo.- ¡Gemma! –la llamé y apareció en la puerta.-
¿Puedes ponérmelas?
- Claro.-colocó los alfileres en el
moño que me había hecho.- Harry ha llegado.-asentí con la cabeza y ambas
salimos de allí. Bajé las escaleras y allí estaban todas las chicas, preciosas
con aquellos vestidos y a Harry, con un traje impecable y su característica
pajarita.
- Que guapa, Rubia.-dijo besando mi
mejilla.
- Gracias, Rizos.-sonreí.
- ¿Nos vamos? –preguntó.
(Zayn)
Al final habíamos llegado con tiempo de
sobra y todo. Estaba en la iglesia, hablando un rato con mi familia, Niall y
las familias de los demás cuando apareció Jay que en seguida fue a dar un beso
a sus hijas, ellas habían venido con los padres de Harry. Miró por todos lados
buscando a Louis pero tuve que explicarle el pequeño percance que habíamos
tenido. Afortunadamente, unos minutos después llegó Liam acompañado de Louis y
un rato después, todas las chicas. Iban guapísimas con un vestido en rosa
clarito que hacía juego con nuestra corbata, bueno y con la pajarita de Harry,
el muy testarudo se había empeñado en llevarla. Miré el reloj, quedaban menos
de diez minutos para la una de la tarde, así que el cura salió de la sacristía
para indicarnos que nos colocáramos en nuestra posición: Louis en el centro del
altar, su madre a su lado y en un banco justo detrás de él, todos nosotros como
testigos. A la misma altura que nosotros, en el banco de la izquierda, se
sentaron las chicas y delante de ellas, irían Carol y su padre.
- Tío, tranquilízate un poco.-le
susurré a Louis. Estaba visiblemente nervioso y no paraba de mover la pierna o
toquetearse las manos.
- ¿Y si no viene? –preguntó. Reí.
- ¿Cómo no va a venir? –le contestó
Niall poniéndose un dedo en la sien, diciéndole que estaba loco.
(Louis)
“Pues no viniendo” Le iba a contestar
pero entonces empezó a sonar la típica marcha nupcial y segundos después, la vi
ahí, más preciosa que nunca, vestida de blanco, caminando hasta el altar donde
yo estaba cogida del brazo de su padre. Sonreí mirándola. Aún no me podía creer
que esto estuviera pasando. Se me hizo una eternidad hasta que llegó a mi lado,
su padre besó su mejilla antes de entregarme su mano. Nos miramos y sonreímos,
y aunque el velo no me dejaba ver perfectamente sus ojos verdes, sabía que en
este momento tenían ese brillo especial con el que me miraba siempre. Mis
nervios parecieron tranquilizarse en el momento en que el cura nos indicó que
podíamos sentarnos y empezó con las lecturas que las hicieron Ashley y Niall,
su sermón y todo el procedimiento típico de una misa pero volvieron a
acelerarse cuando llegó el momento de los votos.
(Harry)
El momento de los votos había llegado.
Los chicos y Louis me miraron como esperando algo de mí. ¡Qué empanado estaba
por Dios! ¡Los anillos los tenía yo! Metí la mano en el bolsillo interior
derecho de la americana del traje pero allí no estaba la cajita. Ay madre. ¿A
qué se me han olvidado? Tenía ahora mismo un montón de ojos pendientes de mí y
eso no ayudaba. Se me ocurrió mirar en el bolsillo izquierdo y respiré
profundamente. ¡Ahí estaban los condenados! Menos mal. Los saqué de la caja y
se los entregué a Louis que sonrió aliviado también.
(Carol)
Menudo susto nos has dado, Hazza. Ya
pensábamos que se le habían olvidado los anillos. Se los entregó a Louis y el
cura empezó a hablar.
[Escuchad esta canción mientras leéis a partir de aquí.]
- Louis William Tomlinson, ¿quieres recibir a Carolina Martín como
esposa, serle fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la
enfermedad, en la riqueza y en la pobreza; y así amarla y respetarla todo los
días de tu vida?
- Sí, quiero.-contestó sonriendo para
después coger mi mano derecha y ponerme el anillo en el dedo anular. Ahora era
mi turno.
- Carolina Martin, ¿quieres recibir a
Louis William Tomlinson como esposo, serle fiel en las alegrías y en las penas,
en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza; y así amarle y
respetarle todos los días de tu vida?
- Sí, quiero.-respondí de la misma
manera y le puse el anillo a él. Nos dedicamos una mirada y sonreímos de nuevo
antes de que continuara la ceremonia.
(Louis)
Ahora era el turno de mis pequeñas,
habíamos elegido a las gemelas para llevar las arras. Así que, tras un gesto
por parte de una de las hermanas de Liam, las dos aparecieron por el final del
pasillo, llevando una cestita. Llegaron hasta donde estábamos nosotros y se lo
entregaron al cura. Después de recibir las arras, llegaba la frase que más
esperaba oír.
- Yo os declaro marido y mujer.-pronunció.-
Puedes besar a la novia.-dijo mirándome.
Me giré levemente al igual que ella, de
manera que quedábamos el uno frente al otro. Levanté con cuidado el velo
descubriendo su sonrisa.
- Te amo, pequeña.-le susurré.
- Te amo, mi chico zanahoria.-respondió.
Sonreí también y me acerqué a ella para
sellar aquello con un beso. Un beso cargado de sentimientos, un beso en el que
el resto del mundo pareció pararse. Solo estábamos ella y yo y no necesitaba
nada más. Los aplausos por parte de los invitados hicieron que volviéramos al
mundo real. En seguida los chicos vinieron a abrazarme después de mi madre,
mientras el padre de Carol y las chicas hacían lo mismo con ella.
(Carol)
Salimos de la iglesia después de firmar
los papeles agarrados de la mano y nos recibieron fueran tirándonos un montón
de arroz. Intentamos cubrirnos hasta llegar al coche en el que Harry nos
esperaba pero fue inútil. Pude observar que había varios grupitos de fans
haciendo fotos y como no, nuestros amigos los paparazzis. No nos entretuvimos y
fuimos directamente al coche. Nos llevó hasta el restaurante donde
celebraríamos la comida, tenía unos jardines preciosos por lo que elegimos
hacernos las fotos allí.
Después de un montón de fotos, hicimos
la entrada en el salón donde ya estaban todos los invitados sentados. Fuimos
hasta la mesa central y nos sentamos junto a mi padre y Jay. Los chicos y las
chicas estaban sentados en la mesa más cercana a la nuestra y se pasaron toda
la comida gritando cosas como “que se besen los novios” y demás, vamos, que fue
una comida de todo menos tranquila. Todos parecían estar pasándolo de
maravilla, todos a excepción de cierta pareja que había evitado sentarse
juntos. Vi a Rose levantarse, supuse que iría al baño y aproveché que Liam
estaba mirando en mi dirección para indicarle con un movimiento de cabeza que
fuera tras ella, que ahora era el momento indicado para que le explicara todo y
arreglaran las cosas de una vez.
(Liam)
Lo estaría pasando de maravilla de no
ser porque tengo a Rose en frente y ni siquiera me mira. Llevaba dándole
vueltas a cómo podía explicarle lo que
había pasado pero no encontraba el momento adecuado. Ella se levantó de la mesa
y vi a Carol haciéndome señas para que la siguiera así que eso hice. La seguí y
se metió en el cuarto de baño. Entré detrás de ella y rápidamente me metí con
ella y eché el cerrojo.
- ¿Se puede saber qué haces aquí? –preguntó
algo incrédula.
- Tengo que explicarte lo que pasó.
- No quiero oírlo, Liam.
- No vamos a salir de aquí hasta que me
escuches. Me da igual si se acaba la boda y todo el mundo se va.-respondí
firme. Ella resopló.- No era lo que piensas. Sí, es cierto que salimos cogidos
de la mano, pero tú conoces Nueva York, sabes como es aquello, está llenísimo
de gente y no es difícil perderse. Por eso la agarré, nos vimos allí y como
hacía mucho que no hablábamos, quedamos para tomar un café. Eso es todo. Pero
claro, están los periodistas y la gente de twitter que lo malinterpreta todo. Y
luego estás tú que te lo crees sin ni siquiera escuchar lo que yo tenga que
decir.-hice una pausa. Ella me miraba atentamente.
- Liam.-empezó a decir.
- No, espera. Aún no he acabado. Nos
conocemos ya desde hace más de un año y creo que en todo este tiempo siempre he
estado ahí, a tu lado, y a pesar de las giras y la distancia hemos conseguido
salir adelante, nunca te he dado ningún motivo para desconfiar de mí.-cogí su
cara entre mis manos.- Sabes que te quiero, que estoy perdidamente enamorado de
ti como nunca antes lo he estado y me niego a perderte por una tontería. Sí aun
así, sigues con tu idea de que te he engañado con Danielle, pues, adelante,
dímelo, pero que sepas que no voy a hacer como que nada de esto no ha pasado,
seguiré ahí e intentaré volver a recuperarte, aunque sea lo último que haga.
Ahora ya si he terminado.-La miré a los ojos. Estaba a punto de ponerse a
llorar.- Eh, eh, se supone que el que tendría que llorar soy yo, eres tú la que
no quiere saber nada de mí, ¿recuerdas? –dije divertido, intentando quitarle
algo de hierro al asunto.
- No te merezco Liam, ni nada de lo que
has hecho por mí desde que nos conocemos. Soy una tonta.
- Pero da la casualidad de que yo adoro
a esta tonta con todo mi corazón.-sonreí quitando una de las lágrimas que había
salido a recorrer su mejilla.
- Te quiero, Liam.-dijo antes de
inclinarse para besarme. ¡Al fin! Había hechado de menos esa sensación. La de
tener sus labios sobre los míos y sentirme más feliz que nunca.
(Louis)
Después de cortar la tarta y comer el
postre, venía la parte del vals. No sabía bailarlo muy bien y tampoco había
aprendido pero bueno, intentaría hacerlo lo mejor posible. Carol y yo salimos
al espacio del salón que habían habilitado para el baile retirando unas cuantas
mesas, habían puesto un pequeño escenario por petición nuestra (sí, los chicos
y yo le teníamos preparada una sorpresa) y un equipo de música. Se recogió el
vestido, cogiéndolo con la mano derecha, agarré su mano izquierda y mi otra
mano la coloqué en su cintura, preparado para que la música empezara a sonar.
Pero no sería el típico vals de todas las bodas. Había elegido una canción especial, [sí, es la misma que os he puesto que escuchéis mientras leéis.] una que tenía un significado especial para nosotros dos.
- ¿Es la que yo creo que es? –preguntó nada
más escuchar las primeras notas. Asentí con la cabeza.
- Sorpresa.-sonreí mientras empezábamos
a bailar. Aquella canción era la que sonaba en la discoteca aquel día en la
fiesta de cumpleaños de Liam. Durante la que nos dimos nuestro primer beso. Lo
recordaba perfectamente, como si fuera ayer.
¡Hola chicas! Aquí el capítulo esperado: ¡la boda al fin! y traía como sorpresita la reconciliación de Liam y Rose. Me ha costado un montón escribirlo, de verdad, no sabéis cuanto jajajajaja no sé, quizás me ha quedado un poco cursi, pero bueno. Y lo peor de todo es que llevo todo el rato imaginándome Carol ksjfbsdjhvbjhfvbjhdbjhdg que mal estoy, de verdad. Bueno, para el próximo capi la sorpresa de los chicos, el resto de la fiesta de la boda y la luna de miel, ¿dónde se irán los tortolitos? Hm...no se sabe. Ah, tenía que deciros que seguramente en el capítulo 50 terminaré la fic, aunque todavía no sé bien como, pero don't worry girls, primero tienen que nacer los bebés Horan y aún tengo alguna idea más para haceros sufrir un pelín antes de que todo termine. Espero que os haya gustado y que dejeis comentarios. No sé cuando volveré a subir porque mañana por la tarde me voy al pueblo (no os preocupeis, intentaré mañana dejaros capi de Make you feel like the first time) y no vuelvo hasta el domingo así que... Muchísimas gracias por todo. Os quiero.
Sarai.