Capitulo 50

¡Hola! Hoy mi comentario será al final del capítulo...

Hope you like it!

(Rose)

Carol había recibido una llamada que había hecho que su cara se quedara pálida así que no podía ser nada bueno lo que la hubieran dicho al otro lado. Colgó y escondió su cara entre sus manos, echándose a llorar. Louis y yo que éramos los que estábamos sentados a su lado la abrazamos fuerte.

- Pequeña, ¿qué ha pasado? –le preguntó Louis sin soltarla. Ella no paraba de llorar.

- Tranquilízate, Carol.-dije acariciándole el pelo.

- Respira hondo y cuéntanos qué es lo que ha ocurrido.-le dijo Harry, mirándola preocupado. Ella levantó la cara y se limpió las lágrimas con la mano.

- Mi…mi…mi madre…ha tenido un accidente.-dijo al fin volviendo a llorar después de decirlo.

- ¿Qué? ¿Pero está bien? –preguntó Alice.

- No me han dicho nada más.-contestó Carol como pudo.

- Será mejor que nos vayamos de aquí.-dijo Zayn y todos asentimos.

Pedimos la cuenta, pagamos y fuimos todos a casa de Carol. La pobre estaba fatal, no podía parar de llorar y de decir que tenía que volar lo antes posible a España a ver qué había pasado exactamente.

- Se ha quedado dormida.-dijo Louis entrando en el salón.

- Pobrecita.-dijo Emma.- No creo que tarde en despertarse y llorar de nuevo.

- Creo que lo mejor sería que volviera a su casa a ver qué ha pasado.-comentó Niall.

- Yo también lo creo. Podemos conseguirla un billete para mañana a primera hora.-dijo Liam.

- Dos. Yo voy con ella.-dijo Louis sentándose en el sofá.

- Tenemos cosas que hacer la semana que viene.-dijo Harry.

- Lo sé, estaré de vuelta para entonces, pero tengo que acompañarla, no la puedo dejar sola.-le contestó.

Y entonces oímos de nuevo un llanto que venía de la parte de arriba.

- Será mejor que nos vayamos a casa.-dijo Ashley.

- No os preocupéis, me quedo con ella.-dijo Louis mientras todos andábamos hacia la puerta.

- Cuídala y volved pronto.-le dije dándole un abrazo.

(Harry)

A la mañana siguiente, cogí un par de cosas y las metí en la maleta para Louis. En cuanto terminé, fui a casa de Carol con los dos billetes. Llamé al timbre.

- Me he permitido hacerte una mini maleta.-le dije a Louis.

- Muchas gracias.-me contestó.

- ¿Estáis listos? –pregunté.

- Sí.-dijo Carol bajando las escaleras. Nada más llegar a la puerta, la abracé.-

- Todo va a salir bien, ya lo verás.-dije dándola un beso en la mejilla.

- Eso espero.-me dedicó una pequeña sonrisa.

Salimos de casa y los llevé hasta el aeropuerto.

- Os quiero pronto de vuelta por aquí, eh.-les dije.

- Seguro que sí.-dijo Louis.

- Ven aquí, rubia.-la abracé de nuevo.- Mucha suerte.

- Gracias rizos.- Y esperé allí hasta ver a los dos desaparecer por el fondo del aeropuerto tras facturar las maletas.

(Carol)

Una hora después de que Harry nos dejara en el aeropuerto ya estábamos en el avión rumbo a Madrid. Louis intentaba distraerme pero aquella vez fue sin mucho éxito, no podía para de pensar qué le habría pasado a mi madre, si estaría bien o no. Solo tenía ganas de llegar e ir al hospital a verla.

En unas dos horas llegamos al aeropuerto de Barajas, cogimos las maletas y pedimos un taxi. A la media hora más o menos, estábamos en la puerta del hospital, nos bajamos y pagué al taxista.

- No sé si voy a poder.-susurré.

- Claro que podrás, eres una chica fuerte.-me dijo Louis abrazándome.- Además, yo estaré aquí, a tu lado.-me besó en la frente, entramos en el hospital y nos dirigimos a la recepción.

- Buenos días.-le dije a la enfermera.- Quería saber en qué habitación está Mónica García. Soy su hija.

- Claro, un momento.-dijo amablemente.- Habitación 314, tercera planta a la derecha.

- Muchas gracias.-contestamos prácticamente a la vez y fuimos en busca del ascensor.

- Tranquila, pequeña. Todo saldrá bien, estoy seguro.-me dijo abrazándome dentro del ascensor.- Vamos.-agarró mi mano y salimos al pasillo, giramos a la derecha y fuimos mirando los números de las habitaciones.

308, 310, 312. 314. Aquí era. La puerta estaba abierta. Cerré los ojos antes de asomarme, con miedo de lo que me podría encontrar al cruzar el umbral de la puerta. “Tú puedes Carolina” me dije a mí misma. Abrí los ojos y tras soltar un suspiro asomé la cabeza y di un suave golpe en la puerta.

- ¿Se puede? –dije casi en un susurro y vi a mi madre en la cama tumbada, con una pierna escayolada, mi padre a su lado y mi hermana sentada en la cama junto a ella.

- Mi niña.-dijo mi madre desde la cama y corrí a abrazarla. Nuevamente las lágrimas empezaron a correr por mis mejillas.- No llores, por favor.-me dijo abrazándome.

- ¿Qué es lo que ha pasado? ¿Cómo estás? –le pregunté sin moverme de su lado.

- La atropelló un coche.-empezó a explicar mi padre.- Afortunadamente solo se rompió la pierna.

- ¿Te duele mucho? –dije.

- Se puede soportar.-sonrió mi madre.- Te echábamos de menos.

- Y yo a vosotros.-abracé ahora a mi padre y a mi hermana.- No sabéis cuánto.

- ¿No nos vas a presentar a tu acompañante, cariño? –preguntó mi madre haciendo que me sonrojara levemente.

- Aunque ya nos suena su cara tantos posters por la habitación no es normal.-comentó mi padre.

- Papá, por favor.-dije notando como mis mejillas ahora debían estar demasiado rojas.-

- Soy Louis, encantado.-dijo Louis estrechando la mano con mi padre.- Me hubiera gustado conocerles en otra situación y no en un hospital.-

- Nada de llamarnos de usted, no somos tan mayores.-dijo mi madre pidiéndole que se acercara para darle dos besos.

- Está bien.-dijo Louis riendo.- Tú eres Beatriz, ¿verdad? –dijo dirigiéndose a mi hermana.

- Bea mejor.-dijo saludándole.

Estuvimos un rato más allí, en la habitación charlando un poco. Después, tras la insistencia por parte de mis padres, Louis, Bea y yo fuimos a casa a dejar nuestras maletas y a descansar un poco, la verdad que lo necesitábamos. Volvimos al hospital a visitar a mi madre por la tarde y luego de vuelta los tres a casa a dormir, mi padre se quedaría con ella esa noche.

A la mañana siguiente madrugamos, el médico pasaría a ver a mi madre, así que después de desayunar volvimos al hospital. Cuando llegamos, el médico ya estaba en la habitación de mi madre, y en cuanto salió quiso hablar con mi padre.

- ¿Ocurre algo? –pregunté preocupada. El médico miró a mi padre.

- Puede hablar delante de ella.-dijo mi padre.

- En ese caso, acompáñenme a mi despacho.- Louis y mi hermana entraron en la habitación mientras que mi padre y yo seguimos al médico a su despacho.- Tomen asiento, por favor.

- ¿Cómo está mi mujer? –preguntó mi padre después de sentarnos.

- La rotura de la pierna va fenomenal.-empezó a decir el médico.

- Pero.-dije yo sin poder evitarlo. Sabía que algo no iba bien.

- Verán, después del accidente, tuvimos que hacerle pruebas de todo tipo para ver si estaba completamente bien.-explicaba el médico.-

- Por favor, díganos ya qué le sucede.-suplicó mi padre.

- Descubrimos que tiene un tumor cerebral.-

¡¿QUÉ?! No. No puede ser. Esto se tiene que tratar de una pesadilla. Por favor que alguien me despierte, y que lo haga ¡ya!

- ¿Se…se…va a morir? –pregunté con la voz entre cortada y las lágrimas a punto de salir de mis ojos.

- ¿Cuánto tiempo le queda? –escuché que preguntó mi padre.

Pero no oí la respuesta porque sentí la necesidad de salir de allí de inmediato. Salí corriendo del despacho del médico y bajé hasta la puerta del hospital, salí a la calle, necesitaba tomar el aire e intentar asimilar lo que me acababan de decir. Me senté en la acera y hundí mi cara en las rodillas, llorando sin parar.

No sé desde hacía cuánto tiempo llevaba allí sentada cuando sentí los brazos de alguien rodearme.

- No digas nada, me lo ha contado todo tu padre.-dijo Louis abrazándome. Nos quedamos un rato así, yo refugiada en su pecho mientras él acariciaba mi cabeza y me daba de vez en cuando algún beso en la  frente.- Deberías comer algo.-me dijo haciendo que nos levantáramos.

- No tengo hambre.-contesté sin separarme de él.

- Ya lo sé, pero tienes que comer, no quiero que caigas enferma.

- Está bien, vamos.-dije y fuimos a la cafetería donde nos encontramos con mi padre y mi hermana. En cuanto los vi, nos abrazamos los tres.

Dos días después acompañé a Louis al aeropuerto, tenía que volver a Londres por los compromisos que exigía pertenecer a una de las bandas más famosas del momento.

- Odio tener que irme, me gustaría quedarme unos días más contigo.-me dijo acariciando mi mejilla.

- Louis, tenemos que hablar de una cosa y sé que este no es el mejor lugar pero…-me interrumpió.

- ¿Qué pasa, pequeña? –dijo mirándome con preocupación.

- Voy a quedarme aquí, hasta que pase.-dije.

- Lo sé, luego volverás a Londres, conmigo.

- Es sobre eso. No nos han dicho un tiempo exacto, puede que ocurra en unas semanas, pero también pueden ser meses, quizás años…

- No importa, en cuanto pueda vendré a verte.-

- Lou, decirte que te quiero sería mentirte porque te amo, te amo como nunca pensé que llegaría a amar a una persona pero no quiero que te sientas atado a una persona a kilómetros de distancia. Además, no sé si volveré algún día a Londres.-dije intentando contener las lágrimas. Fue inútil.

- No voy a poder vivir sin ti, pequeña. No quiero vivir sin ti.-dijo cogiendo mi cara entre sus manos.

- Créeme que si dependiera de mí, cogería ahora mismo ese avión contigo.-le miré a los ojos.- pero no puedo, mi deber es quedarme aquí, con mi familia en estos momentos.

- Lo comprendo.-dijo quitando mis lágrimas con sus dedos.- Te esperaré el tiempo que haga falta, lo prometo.-él también empezaba a llorar.

- Louis, quiero que seas feliz.-dije negando con la cabeza.-

- Solo puedo ser feliz contigo.-

Y lentamente terminó de acercar mi cara a la suya, fundiendo nuestros labios una vez más, quizás aquel sería nuestro último beso.

- Tu vuelo sale en unos minutos.-susurré en sus labios.

- ¿Y si me quedo?

- No puedes hacerlo, los chicos y tus fans te esperan en Londres.

- Te amo, pequeña. No lo olvides nunca.-

- Te amo, mi chico zanahoria.-intenté sonreír y ambos nos alejamos, cada uno en una dirección.

- Carol.-escuché mi nombre una vez más salir de sus labios. Me giré.

- ¿Qué pasa? –le tenía en frente otra vez.

- Solo quería repetirte una vez más lo mucho que te amo.-puso su mano en mi cintura para besarnos otra vez, un beso salado a causa de las lágrimas de los dos. Volvimos a escuchar la voz de megafonía dando un ultimátum a los pasajeros del vuelo a Londres.

Ya no había marcha atrás. Él se iría a Londres y yo me quedaría en Madrid por tiempo indefinido. Cogí un taxi que me llevara a casa. Necesitaba estar sola. Nada más llegar me tiré sobre la cama, llorando otra vez. Había perdido la cuenta de las veces que había llorado en estos últimos días.

Empecé a recordar todos los momentos que había vivido allí: el día que choqué con él por accidente en el metro, nuestra primera salida a tomar un helado, las charlas por cam, el día que conocí a los demás, el concierto y la cara de asombro de las chicas, mi vuelta a España y esa canción por sms, la fiesta de Liam, la acampada en Larry Stylinson y su pregunta “¿quieres ser mi chica zanahoria?”, las risas en cada comida, las bobadas y chorradas, el fin de semana en la casa de la montaña, mi primera vez y por último el amigo invisible de hace tan solo unos días. Todo eso no hacía más que dar vueltas por mi cabeza. ¿Por qué? ¿Por qué ha tenido que pasar esto justo ahora que era cuando más feliz estaba? La vida es injusta. Dicen que todo pasa por alguna razón pero, ¿qué buena razón podría tener lo que me estaba pasando? Por mucho que lo pensaba, no la encontraba.

(Louis)

En dos horas había llegado a Londres, todos estaban esperándome en el aeropuerto.

- ¿Y Carol? ¿Dónde está? –preguntaron en seguida las chicas al verme llegar solo.

- Se ha quedado allí. No va a volver.-dije mirando al suelo.

- ¿Qué dices? ¿Qué ha pasado? –preguntó Liam.

- Vamos a casa, y nos cuentas todo tranquilamente, ¿vale? –dijo Harry abrazándome. Asentí con la cabeza.

Llegamos a casa y les conté todo lo que había sucedido.

- Pobre Carol, debe estar pasándolo fatal.-comentó Niall.

- No os hacéis una idea de cómo estaba. Me gustaría haberme quedado con ella.-dije.

- ¿Y vosotros? –preguntó Zayn.

- Lo hemos dejado. No quiere que esté atado a ella que ni siquiera sabe cuando va a volver.-me llevé las manos a la cabeza.- No podré soportar estar sin ella, lo sé.

- Claro que podrás. Estaremos todos contigo para ayudarte.-me dijo Rose intentando animarme.

- Rose, Carol me pidió que te pidiera un favor.

- Dime.

- Que guardarás toda su ropa en una maleta y se lo enviaras a Madrid.-dije.

- Por supuesto, mañana será lo primero que haga.

(…)

Viajaba a Madrid de nuevo, casi ocho meses después. Esta vez por  asuntos de la banda. Iríamos allí a hacer una firma y a dar un concierto ya que teníamos muchas fans, más de lo que imaginábamos.

Bajamos del avión y fuimos directos al hotel donde teníamos a un montón de fans prácticamente acampando. Después de hacernos algunas fotos y firmar autógrafos, entramos en el hotel y subí la habitación. Me apetecía descansar.

- ¿Se puede? –alguien llamó a la puerta.

- Si claro.- Era Eleanor. Mi novia. Harry nos presentó hacía unos dos meses más o menos y hace unas semanas empezamos a salir.

- Los chicos te están esperando abajo, tenéis que ir a no sé donde.-dijo y reí.

- Pues si que te has enterado bien, cariño.-dije levantándome de la cama.- ¿Qué harás mientras voy a “no sé donde”?

- Rose y yo iremos de compras.-me contestó.

- Me parece genial.-dije dándole un beso en los labios.- Nos vemos después.

Bajé al hall donde estaban esperando los chicos y salimos como pudimos del hotel. Al rato, llegamos a un hospital. Íbamos a llevar regalos a niños enfermos y a cantar alguna canción para hacer su enfermedad algo más llevadera. Entramos y nos llevaron a la zona infantil del hospital. Estuvimos un rato jugando con los niños, en el fondo, nosotros aún lo seguíamos siendo. Cantamos un par de canciones mientras ellos bailaban y lo pasaban de maravilla, era muy bonito saber que podías hacer feliz a unos niños solo pasando un rato con ellos. Nos despedimos del personal del hospital encargados de los niños después de que nos agradecieran el haber estado allí cuando al fondo de la sala vi aquella melena rubia recogida en un moño alto. Se giró cuando una enfermera la llamó para hablar con ella y mis dudas se despejaron, era ella. Por un momento nuestras miradas se cruzaron y fue entonces cuando sentí que lo había hecho otra vez, como la primera vez: robó mi corazón de nuevo con una sola mirada.

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¡TACHÁÁÁÁN! Y este ha sido el último capítulo de la fic "Stole my heart with just one look". Lo primero de todo es AGRADECEROS a todas que hayáis aguantado los cincuenta capítulos de mi fic que sé que algunos han sido aburridos. En serio, muchísimas gracias de corazón, sois las mejores lectoras que una podría tener, y no es peloteo, lo digo completamente en serio. Gracias por seguir ahí, día tras día, y dejarme vuestros comentarios tanto en el blog como por twitter.

Ahora vamos con el segundo punto del día:

Probablemente algunas de vosotras querréis matarme porque separé a Louis y Carol pero ¡stop! don't worry...Por mayoría absoluta en la encuesta que dejé hace ya tiempo en el blog, queréis una segunda parte y la va a haber. En los próximos días subiré el primer capítulo de la segunda parte que se llamará "Here we go again" y os aviso que el blog sufrirá algunos cambios en cuanto a fotos se refiere y eso, y también pondré un nuevo reproductor que sé que el que hay ahora no funciona bien.

Y creo que no os tenía que decir nada más, bueno sí, una cosita solo, que OS QUIERO. Y espero que sigáis leyendo la segunda parte. Ah bueno, y os dejo un poquito una "introducción" de la segunda parte. GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.

Sarai.

...

"Here we go again"

Han pasado ocho meses desde que Louis y Carol se dijeran adiós, un adiós que en aquel momento podía parecer para siempre. Pero el destino es caprichoso y ha querido que ambos se vuelvan a ver y sus caminos se crucen de nuevo, pero algo ha cambiado: Louis ha conocido a otra chica y aunque parece quererla mucho el volver a ver a Carol hace que su corazón vuelva a latir a mil por hora y que se pregunte si aún sigue enamorado de ella. 

Por otra parte, ¿qué habrá pasado con las demás parejas? ¿Seguirá todo siendo como el cuento de hadas que parecía? ¿O algo habrá cambiado?

Amor, amistad, celos, risas, lágrimas, eso y mucho más es lo que habrá en "Here we go again" la segunda parte de la fic "Stole my heart with just one look".