Era el tercer verano que pasaba allí, en
Londres. Las dos veces anteriores lo había pasado con una familia, la familia Roach.
Pero en esta ocasión había buscado una casa ya que recibí una beca para hacer
mi segundo año de universidad en Londres. Aquel día habíamos quedado todas para
nuestra típica “noche de chicas” de los viernes que hacíamos siempre en mi casa
ya que era la única que siempre estaba libre. Me puse unas mallas negras, una
camiseta de manga corta azul y unas converse all star azules también; me recogí
el pelo en una coleta y salí hacia el supermercado a comprar lo necesario para
la noche. Para llegar al centro comercial tenía que coger el metro, dos
paradas. Llegué allí en unos 20 minutos, entré y compré un poco de todo: unas
pizzas para cenar, palomitas, algunas golosinas y la bebida. Pagué y salí de
allí con una bolsa en cada mano, saqué el ipod y me puse algo de música.
Siempre que iba andando por la calle me gustaba ir escuchando música, me
animaba. Volví a entrar en el metro, había bastante gente, y cuando iba bajando
las escaleras, alguien chocó conmigo y caí al suelo, y claro, todo lo que
llevaba en las bolsas se desparramó por el suelo.
-¿Estás bien? – Me preguntó el chico con el que había chocado
tendiéndome la mano para ayudarme a que me levantara.
-Sí – Dije pero no cogí su mano, empecé a meter todo de nuevo en
las bolsas.- Si no fueras en el metro con gafas de sol, me hubieras visto.-
Seguí un poco molesta.
-Lo siento. –Dijo agachándose para ayudarme a meter las cosas en
las bolsas.
-Ya, bueno tengo prisa. – Contesté algo seca. Cogí las cosas y fui
al andén para coger de nuevo el metro y volver a casa a prepararlo todo para
luego.
(Louis)
Había quedado con los chicos para tomar algo.
Salí de casa con la hora bastante justa, me puse las gafas de sol aunque ya
estaba anocheciendo y la capucha de la sudadera. No quería ser reconocido o si
no llegaría tarde. Iba en el metro, miré el reloj, en cinco minutos tenía que
estar en el centro comercial, así que en cuanto el metro paró en la estación,
salí deprisa y subí rápido las escaleras, choqué con una chica que iba cargada
con bolsas y cayó al suelo.
-¿Estás bien? – Le pregunté tendiéndole la mano para ayudarla a
levantarse.
-Sí. –Contestó rechazando mi mano y se puso a recoger lo que se la
había caído. – Si no fueras en el metro con gafas de sol, me hubieras visto.-
Estaba cabreada, podía notarlo. Pero ha sido un accidente, tampoco es para
ponerse así.
-Lo siento. –Dije agachándome para ayudarla con las bolsas.
-Ya, bueno tengo prisa. – Contestó un poco borde y se marchó.
Miré hacia donde se había ido, haciendo un
movimiento con la cabeza. ¡Que tía tan borde! Iba a terminar de subir las
escaleras cuando vi en el escalón una especie de agenda o libreta, me agaché
para cogerla, seguramente sería de ella, debe de habérsele caído con el choque.
La abrí, había un nombre escrito: “Carolina Martin” y una dirección. Supongo
que ahora me tocará ir a devolvérsela, claro, cuando saque algo de tiempo, iré.
Guardé la libreta en el bolsillo de la sudadera, salí del metro y me dirigí al
centro comercial.
(Carol)
Dos paradas de metro y cinco minutos andado mientras
pensaba en el idiota que me había echo caer y en casa de nuevo.
-¿Qué? ¿Noche de chicas? – Dougie, mi vecino. Mi guapísimo vecino.
-Por supuesto. –Asentí sonriéndole.- Y tú qué, ¿planes para esta
noche?
-Que va, hoy noche tranquila. Hay que descansar para mañana. – Doug
era dos años mayor que yo, iba a empezar el último año de carrera en la misma
universidad a la que iba a ir yo. Mañana era la fiesta de bienvenida. – Irás,
¿no?
-Claro, allí nos veremos.
-Si quieres, paso a recogerte y vamos juntos.
-Me parece una buena idea.
-¿A las 8 te parece bien?
-Perfecto. –Dije abriendo la puerta de casa.- Mañana nos vemos
–Sonreí y entré.
¡Sí! ¡Por fin! ¿Esto era una cita? No estaba
segura, pero en cualquier caso, íbamos a ir juntos a la fiesta. Me gustaba
bastante, tengo que admitirlo, y al parecer yo a él también, llevábamos
tonteando durante todo el verano pero aún no había surgido la ocasión.
Me puse a meter las pizzas al horno cuando
llamaron al timbre. Debían ser ellas. Fui a abrir. Venían con ganas de fiesta,
estaba claro, tan alegres como siempre. La primera en entrar, Emma, la mayor de
la familia Roach que era de mi edad, me llevaba muy bien con ella,
prácticamente como hermanas. Después su hermana, Ashley, muy parecida a Emma
aunque sus ojos eran grises en vez de negros. Luego Rose, la conocía desde hace
poco, pero habíamos encajado bastante bien y por último, Alice, era vecina de
los Roach, ella, Ashley y Emma se conocían desde que eran pequeñas.
-Hm, ya huelo las pizzas. – Dijo Alice nada
más entrar.
- Aún las queda un rato. –Dije cerrando la
puerta. – Ya sabéis chicas, como en vuestra casa.
Subieron a dejar las mochilas con los pijamas
y demás y después nos pusimos a poner la mesa para cenar. Después de comernos
las pizzas, recogimos un poco la cocina y fuimos al salón.
-¿Qué peli toca ver hoy? – Preguntó Ashley.
-¿Qué tal “The Last
Song”? – Sugirió Rose.
-Venga, ir poniéndola, yo voy a hacer las palomitas.
-Te ayudo –Dijo Emma, viniendo conmigo a la cocina.
Preparamos las palomitas y pusimos la peli.
Emma, Rose y yo nos sentamos en el sofá y Alice y Ashley en el suelo, como
siempre. Me encantaba ver esa película, era preciosa aunque siempre
terminábamos llorando las cinco como tontas. La película terminó en dos horas
más o menos y estábamos todas con el clínex en la mano. ¡Vaya cinco! Nos
miramos y al vernos así, nos echamos a reír.
-¿Sabéis qué hora es chicas? – Dijo Alice.
-¡La hora de One Direction! – Dijimos todas a la vez y reímos de
nuevo. Esta era la parte que más me gustaba de nuestras noches de chicas. Desde
que los escuchamos por primera vez en las audiciones de
X-Factor nos habíamos echo fans suyas, nos juntábamos todas en una casa para
ver cada gala y cada una tenía su favorito.
Subí a mi
habitación a por el portátil y el cable para enchufarlo a la tele, bajé y cada
una ya estaba colocada. Enchufé el ordenador a la televisión y busqué en el
youtube los videos de los chicos. Puse primero el de “One Thing”, adoraba esa
canción.
-¿Listas? –Pregunté, ellas asintieron y le dí al play.
“I’ ve tried
playing it cool…"
Y allí
estábamos las cinco, de pie, delante de la tele, cantando cada una la parte de
su favorito e imitándolos en el video. Así seguíamos con “What makes you
beautiful” y con “Gotta be you”. Después siempre veíamos más videos de sus
actuaciones que nos sabíamos ya prácticamente de memoria. Nos encantaba hacer
eso aunque pareciera una chorrada o algo infantil. Pero así somos nosotras y
con aquello conseguíamos olvidarnos de los posibles problemas que hubiéramos
tenido durante la semana. Sobre las 12 de la noche o así subimos a acostarnos,
sacamos los sacos de dormir que guardábamos en mi casa y los poníamos en mi
habitación. Nos quedamos charlando un rato hasta que empezábamos a caer a causa
del sueño.
Hola! :3 Soy @YaninaMars he empezado hoy mismo a leer tu novela. Tiene buena pinta, a ver, hasta donde consigo adelantar jajaja
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