martes, 30 de abril de 2013

Capítulo 46.




(Louis)

 Terminó aquella “fiesta” que habíamos montado en casa, así que todos empezaron a irse a sus casas. Cerré la puerta al terminar de despedirme de Harry y Ash que habían salido los últimos. Llegué al salón y me encontré con Carol recogiéndolo todo.

- Qué pesados son, no hay quien los eche ni con agua caliente.-comenté poniéndome a su lado, ayudándola. Rió.
- Les gusta la fiesta.-sonrió encogiéndose de hombros. Fue hasta la cocina a dejar un par de vasos, la seguí.
- Anda, deja eso, ya lo recogeremos mañana.-rodeé su cintura con mis brazos desde atrás.
- Mañana trabajo por la mañana.
- Ya lo recogeré yo.-besé su mejilla bajando por su mandíbula para llegar finalmente hasta su cuello.- Vamos a dormir.
- ¿Dormir? Tú no quieres dormir todavía, Tommo.-dijo riendo, mirándome de reojo.-
- Eh, ¿qué te hace pensar eso? –me miró con la ceja levantada.
- Por mi perfecto.-levantó las manos y besó mi mejilla.- ¡Me pido el lado derecho de la cama! –gritó y salió corriendo de la cocina.
- ¡Ese es mi lado! –contesté de la misma manera, subiendo deprisa las escaleras. Cuando llegué me la encontré tumbada en la cama, riendo sola.- Estás como una cabra, ahora hasta te ríes sola y sin razón.
- Oye, a mi no me llames eso.-dijo tirándome uno de los cojines que había. Con suerte pude esquivarlo.
- Eso no ha sido buena idea, pequeña.-dije mientras me iba acercando a ella poco a poco. Intentó escapar pero antes de que lo consiguiera ya estaba sobre ella impidiéndoselo.-
- ¿Por qué no? –preguntó poniendo cara de inocente, igual que una niña pequeña.
- Por que…ahora tendrás que soportar la venganza de cosquillas del Tommo Tomlinson.
- No por favor, cualquier cosa menos eso.-dijo riendo.
- Vamos, si son unas cosquillitas de nada.-dije bromeando, acercando los dedos a sus costillas.
- ¡No! –gritó entre risas.
- ¡Pero si ni siquiera te he tocado! Eres una exagerada.-reí también apoyando las manos a la altura de su cara y ella se incorporó para besarme.- ¿Intentas arreglar lo del cojín con un beso?
- Algo así, ¿hace efecto?
- Hm…aún no. Prueba de nuevo.
- Si ya sabía yo que tú no querías dormir.-susurró antes de besarnos de nuevo.

(…)

- Lou, Lou.-la escuché llamarme. Gruñí.- Louis tengo que irme a trabajar, suéltame.-abrí un ojo para encontrarme con su cara, sonreí.-
- ¿No puedes quedarte aquí conmigo? –dije haciendo pucheros. Negó con la cabeza.-
- No puedo, venga, déjame salir.-dijo pero aferré más mi brazo alrededor de su cintura, pegándola a mí.
- Llama y di que estás enferma o algo.-
- No soy una mentirosa.-dijo riendo, dándome un toque con su dedo en la nariz.- Venga, además, ¿tú no tenías una entrevista?
- Es por la tarde.
- Pues yo tengo que irme ya o llegaré tarde.-besó mis labios y se levantó de la cama, deshaciéndose de mi abrazo pero tiré de su brazo, haciéndola caer de nuevo.- ¡Louis! –me regañó intentando no reír.
- Dame otro y prometo dejar que te vayas.

(Emma)

Había ido a visitar a mis padres, desde que me había ido a vivir con Zayn, hacía tres semanas ya, había cogido la costumbre de ir a comer con ellos los viernes, al salir de clase y pasar con ellos la tarde. Al salir de allí, para no variar, había un montón de periodistas atosigándome con sus preguntas. Me siguieron, como no, hasta nuestra casa aunque afortunadamente logré entrar sin tener que responder a ninguna de las preguntas que gritaban. En cuanto entré, la pequeña Anya se acercó hasta mí para que la acariciara.

- Hola enana.-la saludé y entré al salón.
- ¿Qué tal hoy, morena? –me preguntó desde el sofá. Me tiré prácticamente sobre el sofá y resoplé.- Eh, ¿y esa cara? ¿qué te pasa?
- Nada.-contesté mirando al suelo.
- Dímelo.-se puso frente a mí y con su mano hizo que le mirara.
- Que no es nada, Zayn, de verdad.-respondí.
- Otra vez los periodistas, ¿verdad? –resopló.- Odio que tengas que pasar por esto, morena.-me abrazó poniéndose de nuevo a mi lado y apoyé mi cara sobre su hombro.
- No te preocupes, estoy bien.-dije rozando su cuello con mi nariz.- Me acostumbraré.
- No tienes por qué hacerlo.-dijo e inmediatamente le miré.
- ¿De qué hablas?
- Que no tienes por qué acostumbrarte, entendería que quisieras volver a tu vida normal.
- No quiero volver a esa vida, Zayn. Estaba bien tener privacidad pero ¿de qué me serviría si no te tengo a ti?
- Yo solo…
- Tú nada.-sonreí mirándole.- Te amo y si tengo que aguantar que me persigan hasta cuando voy al baño, lo aguantaré.
- Eres perfecta.-sonrió conmigo, juntando su frente con la mía.-

 (Ashley)

No nos apetecía salir a ningún lado en especial, así que Harry me invitó a su casa, a pasar la tarde juntos. Estábamos tumbados en el sofá, con mi cabeza apoyada sobre sus piernas, viendo una película cuando me di cuenta de la hora que era.

- Hazza, tengo que irme.- dije incorporándome.
- ¿Tan pronto? –preguntó.- Podías quedarte a cenar…
- Mañana tengo clase, además dije en casa que volvería a la hora de cenar.-me levanté del sofá, andando hasta la puerta.- ¿Nos vemos mañana por la tarde? –pregunté rodeando su cuello con mis brazos.
- Tengo sesión de fotos con los chicos, no creo que pueda.-hice una mueca.- Pero te llamaré en cuanto salga.
- No importa.-me acerqué para besarle.-
- ¿Sabes? –empezó a hablar mientras jugaba con un mechón de mi pelo.- Me gustaría que te vinieras a vivir aquí, así no habría problemas, nos veríamos todos los días.-mostró una pequeña sonrisa.
- Creo que sería algo precipitado, ¿no? –dije mirándole.
- ¿Por qué? Mira el resto, nosotros podríamos hacer lo mismo.-se encogió de hombros. Me quedé callada unos segundos.- Vale, ya me queda claro cual es tu respuesta.-dijo seco.
- Hazz-me interrumpió.
- Será mejor que te vayas, vas a llegar tarde a cenar.-dijo en el mismo tono y bastante serio. Cogí mi bolso de la entrada y salí de allí, cerrando con un portazo.

(Harry)

No debería haberla hablado así, se había marchado enfadada y odiaba estar así con ella pero había sido inevitable. Me moría porque viniera a vivir conmigo, todos los demás vivían con las chicas y eran muy felices. Yo también quería lo mismo. No tener que estar pendiente de si cuadran mis horarios de entrevistas con sus clases, simplemente poder vernos al despertar, desayunar juntos y a la hora de la cena, vernos de nuevo, contarnos cómo nos ha ido el día y ver algo en la televisión antes de irnos a dormir. ¿Era mucho pedir? Al parecer para ella sí.

Terminamos tarde de la sesión de fotos por lo que no la llamé. Ella tampoco había intentado contactar conmigo. Ambos estábamos enfadados y ninguno daba su brazo a torcer, y así pasamos un par de días, sin saber nada del otro. No aguanté mucho más y decidí dejar el orgullo a un lado. Cogí el móvil para escribirle un whatsapp.

“No debí haberte hablado de aquella forma el otro día. Lo siento, Ash. ¿Te apetece que vaya mañana por la mañana a por ti y nos escapamos como aquella vez? Te quiero xx.”

Me quedé tumbado en la cama y los pocos segundos, recibí una respuesta.

“Yo también lo siento, Hazza. No sabes cuánto, te espero en la puerta de mi casa  a las 8. Te quiero xx”

Al día siguiente, me levanté temprano para ir a buscarla. Desayuné rápidamente y después de darme una ducha y vestirme, cogí las llaves del coche para salir pero al abrir la puerta me encontré con una sorpresa que no esperaba.

- ¿No se suponía que iba yo a buscarte? –la pregunté.- ¿Y eso? –dije señalando con un dedo la maleta que tenía a su lado.
- ¿Aún sigue en pie la oferta de venir a vivir contigo?

(Alice)

Era principios de julio, había salido para hacer la matrícula para el próximo curso de universidad. Al final, a pesar del nacimiento de los bebés y demás, había conseguido sacar tiempo para estudiar, gracias a Nialler, y presentarme a la segunda convocatoria de exámenes que eran a principios de junio y por suerte, había aprobado todo. Llamé al timbre, se suponía que Niall estaba en casa con los pequeños pero nadie salía a abrirme la puerta, así que saqué las llaves del bolso.

- He vuelto.-dije dejando las llaves en el cenicero de la entrada. Dejé el bolso y fui hasta el salón pero no había nadie.- ¿Niall? –pregunté subiendo el tono de voz pero tampoco obtuve respuesta.

Decidí ir a la habitación de Ethan y Victoria. Nada. Me quedaba un último sitio donde mirar: nuestra habitación y ¡bingo! Allí estaban los tres: Niall en el centro de la cama, dormido con los dos, uno a cada lado, dormidos también mientras él los abrazaba. Me quedé mirándolos, sonriendo como una tonta. Me sentía muy feliz, había formado mi propia familia con el chico de mis sueños. ¿Podía haber algo mejor? No me pude resistir a hacerles una foto con el móvil y compartirla en el grupo de whatsapp en el que estábamos todos y al que las chicas no tardaron en contestar diciendo lo monos que estaban los tres.

(Carol)

- ¿Qué tal estoy? –dije girando para que me viera bien.
- Preciosa una vez más.-besó mis labios.- Ten cuidado, a ver si alguien te va  a raptar.
- No seas exagerado, Lou.-reí.- No volveré tarde.
- Pásalo bien.-sonrió.- Hasta luego, pequeña.-nos besamos una vez más y salí de casa.

Me monté en el coche. Sí, las últimas navidades Louis me había regalado un Mini Cooper. Puse la radio y conduje hasta el restaurante donde había quedado con Denise y Matt, hoy hacía un año que había entrado a trabajar en la tienda de música, aunque claro, ahora con las clases, solo iba por las tardes, y querían que cenáramos los tres juntos, era una especie de celebración. Aparqué un par de calles detrás del restaurante y tras andar unos cinco minutos, llegué. Entré y busqué con la mirada a mi jefa y a mi compañero pero solo vi a este último que me saludó con la mano. Me acerqué a la mesa y me extrañó que solo hubiera cubiertos para dos.

- ¿Y Denise? –pregunté sentándome frente a él.
- Se ha puesto mala, me acaba de llamar hace unos minutos.
- Vaya.-me lamenté. La verdad es que no me hacía mucha gracia estar con él a solas y más sabiendo que los periodistas están por todas partes y ellos son expertos en malinterpretar todo. Pero bueno, al final terminamos cenando tranquilamente mientras charlábamos.- Creo que es hora de que me vaya.-dije mirando el reloj, eran ya casi las doce y no me hacía mucha gracia volver sola a esas horas.
- Si es temprano, vamos, tómate una copa conmigo y nos vamos.-dijo.
- Gracias pero no, Matt. Además Louis debe estar esperándome.-me levanté y cogí el bolso para sacar el monedero y pagar. Él puso su mano sobre la mía y dejo todo el dinero sobre la mesa.
- Invito yo.-intenté quejarme pero no sirvió de nada. Salimos de allí después de pagar.- ¿Dónde tienes el coche?
- En aquella calle.-señalé con el dedo.
- Te acompaño entonces, el mío está también por allí.-se ofreció y empezamos a caminar. Llegamos a la calle donde estaba el coche, algo oscura y que no me daba muy buena espina y en seguida divisé mi coche.
- Ya te puedes ir, eh. He llegado sana y salva al coche.-bromeé.
- No puedo irme todavía.-contestó.
- ¿Qué? –reí levemente.- ¿Por qué no? Soy mayorcita, sé cuidarme.
- Tengo algo que hacer.-dijo prácticamente en un susurro y, pillándome completamente desprevenida, cogió con fuerza mi cara con sus manos y me besó. Inmediatamente, intenté escapar, despegar sus labios de los míos pero era prácticamente imposible, tenía más fuerza que yo. Y para colmo, miles de flashes empezaron a iluminar la calle. Volví a hacer un intento de apartarle de mí pero seguía presionando sus labios contra los míos hasta que escuché que alguien decía “Es suficiente, chaval, ya tenemos las fotos” y entonces me soltó.

Un momento, un momento. ¿Cómo que ya tenemos las fotos? ¡Estaba todo planeado! La rabia se apoderó rápidamente de mí y sin pensarlo dos veces, dejé la huella de mi mano marcada en la mejilla derecha de Matt. ¿Cómo había sido capaz de hacer aquello? Y después de gritarle un par de cosas y quedarme con las ganas de darle otra bofetada para que llevara las dos mejillas conjuntadas, me metí en el coche y arranqué. Tenía que llegar a casa lo más pronto posible y contarle a Louis todo lo que había pasado antes de que las fotos estuvieran por todas partes. Estaba parada en un semáforo cuando sonó mi móvil. Lo cogí para poner el manos libres, era Harry.

- Rubia, dime que estás en casa con Lou.-dijo.
- No, es más, hay algo que.-me interrumpió mientras arrancaba de nuevo.
- Entonces son verdad las fotos que acabo de ver, ¿no?
- ¿Qué? ¿Ya las has visto? –Resoplé. Me estaba poniendo nerviosa.- Harry, escúchame, no es lo que parece, me ha tendido una trampa, íbamos a cenar él, mi jefa y yo, ella no ha podido venir y cuando me ha acompañado al coche me ha besado a la fuerza, lo tenía todo preparado, uno de los paparazzis le ha dicho algo como que ya tenía lo que quería, por favor, Harry, tienes que creerme.
- Tranquilízate, ¿vale? Tienes que llegar a casa rápidamente, yo voy a llamar a Louis para explicarle lo que ha pasado antes de que vea nada, ¿de acuerdo?
- De acuerdo.-contesté.- Gracias, Rizos.
- No me las des, Rubia pero reza para que Louis no haya visto nada, ya sabes como es. Conduce con cuidado, te llamo más tarde.
- Un beso, Hazza.-y colgó. Me quedaban un par de minutos para llegar a nuestra casa. 

Aparqué el coche frente a la puerta y me bajé. Cerré los ojos antes de meter la llave en la cerradura, recé porque no hubiera visto nada y porque si lo había hecho, me creyera y no pensara que de verdad le había engañado con Matt.

¡Hola chicas!  Estoy aquí antes de lo previsto...Sé que vais a querer matarme, lo presiento pero bueno, así están las cosas, ¿qué creeis que pasará? ¿Habrá visto nuestro Boo Bear las fotos? Y si las ha visto... ¿creerá lo que Carol tiene que decirle o no? Saldréis de dudas en el próximo capítulo...Espero que a pesar de la última parte, os haya gustado el capítulo. Nada más, me despido hasta el siguiente y como siempre, muchísimas gracias por todo. Os quiero.
Sarai.

martes, 23 de abril de 2013

Capítulo 45.





(Zayn)

Una semana después volvimos a Londres. Ahora si que estábamos oficialmente de vacaciones. Y realmente las necesitábamos. Estar de gira era genial pero también agotador, por no hablar de lo mucho de menos que echaba a mi chica. Después de aterrizar, nos despedimos ya que cada uno iríamos a su respectiva casa. Llegué, dejé la maleta de cualquier manera en la habitación y me metí en la ducha. Cuando salí me puse unos vaqueros, una camiseta de manga corta y salí dirección a casa de las hermanas Roach. Llamé al timbre y después de un par de minutos, Ash abrió la puerta.

- ¡Z! –me abrazó.
- Hola pequeña.-sonreí y besó mi mejilla.- ¿Qué tal?
- Genial, ¿y tú?
- Perfectamente. ¿Está Em?
- Sí, claro, pasa.-miró un par de veces a los lados antes de cerrar la puerta.
- Si buscas a Hazza, no ha venido conmigo.-le dije.
- Ya me he dado cuenta.-dijo cambiando totalmente la expresión de su cara.
- Eh, no te preocupes.-hice una pausa.- Te contaré algo si prometes no decirle nada.-me miró alzando una ceja.- Te tiene una sorpresa preparada para esta noche pero quiere que pienses que se ha olvidado de ti y cuando estés plof…tachán, aparecerá por esa puerta.-dije escenificando y ella rió.
- Este chico es idiota.-dijo negando con la cabeza.- Voy a llamar a mi hermana.-asentí y me quedé esperándola allí.
- ¡Moreno! –gritó prácticamente al verme y bajó corriendo las escaleras, con nuestro pequeño cachorro siguiéndola.
- No sabes cuanto te he echado de menos, morena.-dije abrazándola, levantándola unos centímetros del suelo. Nos miramos unos segundos, sonriendo, antes de besarnos.- ¿Ya le has puesto nombre? –dije agachándome para acariciar la cabecita del cachorro.
- Anya.-sonrió.
- Me gusta.-dije levantándome de nuevo y besándola otra vez.- ¿Lista para vivir conmigo?
- Creo que no.-rió.- Pero no tengo más remedio.-la di un leve empujón.- Voy a por mis cosas.-empezó a subir las escaleras y yo detrás de ella para ayudarla. Cogimos un par de maletas y unas cuantas cajas que tenía preparadas allí y salimos de su casa para ir hasta la mía en coche.

(Ashley)

Tal y como Zayn me había dicho, no había recibido ni una señal de Harry, pero sobre las ocho o así de la tarde, llamaron al timbre. Bajé a abrir y me encontré con él, perfectamente arreglado, en su estilo de vaqueros y americana de siempre.

- Hola.-sonrió y se acercó para besarme pero me aparté.- Ey, ¿qué pasa? –preguntó confundido.
- Llevas todo el día aquí y no eres capaz de decirme nada, pues ahora no te dejo que me beses.-dije enfadada. Ahora la que iba a jugar con él era yo.
- Yo…yo…-movía las manos nervioso.- Ash, quería darte una sorpresa, lo siento, de verdad, perdón.-no pude evitar sonreír y me miró extrañado.
- Sabía lo de la sorpresa.-reí levemente.- Zayn me lo cotilleó esta mañana.
- Juro que lo mato.-susurró.
- Deja de pensar en matar a nadie y salúdame en condiciones, anda.-dije cogiéndole de las solapas de la americana para acercarle a mí y fundirnos en un largo beso.
- Ve a vestirte, nos vamos a cenar.-susurró cuando nos separamos, aun con nuestras frentes juntas.
- Dame cinco minutos.-sonreí.
- ¡Tres! –me gritó cuando subía por las escaleras.

(Liam)

Metí la llave en la puerta y antes de poder entrar ya tenía a alguien sobre mí. Rose. Sonreí ampliamente. La había echado demasiado de menos.

- Esto es un recibimiento y lo demás son tonterías.-dije riendo, aún en el suelo, donde habíamos acabado los dos después de besarnos varias veces.
- Es que tenía ganas de verte.-rió ella también.
- Creo que lo he notado ligeramente.-sonreí besando su nariz.- ¿Nos vamos a quedar aquí todo el día? Yo había pensado que podíamos salir por ahí a dar una vuelta.
- Es un plan perfecto.-se levantó y me tendió la mano para ayudarme a mí.

Entramos y  sin colocar nada de la maleta, salimos de casa, cogidos de la mano a dar un paseo por Hyde Park. Tenía ganas de estar con ella y más después de aquel malentendido que lo estropeó todo durante unos días. Pasamos todo el día fuera, comiendo juntos, paseando y hablando. A pesar de habernos visto interrumpidos por algunas fans varias veces, fue un día estupendo.

(Carol)

Volvimos de Doncaster dos semanas después. En un principio solo íbamos a quedarnos unos días pero cada vez que decíamos que nos teníamos que ir, las gemelas empezaban a pedirnos alargar el viaje un par de días y acabamos estando allí dos semanas completas. Volvimos porque ambos teníamos que volver al trabajo en unos días y teníamos que arreglar nuestra casa antes. Me puse unos pantalones de chándal negros, una camiseta de tirantes vieja fucsia, me hice un par de trenzas y cogí las cosas para ir a la nueva casa. Cuando llegué, la puerta estaba abierta y un par de muchachos metían botes de pintura dentro así que supuse que Louis ya estaría dentro. Me crucé con los dos chicos que se despidieron de mí y entré.

- ¿Sabes a quién me recuerdas con las trenzas? –me preguntó desde el fondo de lo que sería el salón.
- ¿A quién? –reí.
- A Carly Ray Jepsen, pero en rubia.
- Hey I just met you and this is crazy but here’s my number, so call me maybe.-canté acercándome a él. Rodeó mi cintura con sus brazos para terminar besándome.- Vamos, tenemos mucho que hacer y poco tiempo.-dije haciendo que me soltara.
- A sus órdenes.-dijo haciendo el gesto militar y reí.

Empezamos por la planta de arriba que terminamos de pintar antes de la hora de comer. Para por la tarde, dejamos el salón y toda la planta baja.

- ¡Terminado! –exclamó Louis tumbándose en el suelo.
- ¿Me dejas pintar una cosa en la pared de nuestra habitación? –le pregunté, mirándole desde arriba.
- Solo si me dejas a mi hacer algo antes.
- ¿Tengo otra opción? –pregunté riendo, él negó con la cabeza y se levantó.
- Pero no vale que lo veas hasta que lo termine asi que, quédate y ve pensando donde quieres que vayan las cosas.-besó mi mejilla y salió del salón antes de dejarme replicar.

Me quedé allí, esperando a que bajara, pensando dónde colocaríamos los muebles que llegarían al día siguiente. Al rato, bajó muy sonriente.

- Sonríes tanto porque te gusta como te ha quedado, eh.-dije riendo.
- Ha quedado de maravilla, ven.-me cogió de la mano, tirando de mi de nuevo hasta la habitación.- Cierra los ojos.-pidió y le hice caso. Entramos y me guió por dentro.- Abrelos.-los abrí pero no había nada diferente, las paredes estaban como antes.
- No veo la diferencia.-me encogí de hombros.
- Verás.-sonrió poniéndose delante de mí.- Aquí, justo donde estamos, irá nuestra cama.-levantó repetidamente las cejas y se llevó un golpe de mi parte.- Auh.-se aclaró la garganta.- Lo que iba diciendo…irá nuestra cama, así que, mira al techo.-Lo hice y me encontré con una frase: “Truly, madly, crazy, deeply in love with you”. Sonreí mirándole.- Es para cuando no esté y te despiertes sola, lo primero que verás será eso, así te acordarás de mí y de lo mucho que te quiero.
- Sabes lo cursi que te está quedando todo esto, ¿verdad? –ambos reímos.
- No importa.-acabé con la distancia que nos quedaba para agradecerle aquel bonito gesto con un beso.
- Pero que sepas que me has copiado la idea, iba a escribir algo en la pared.
- Entonces me copiarás tú a mí.-me sacó la lengua.
- Entonces me copiarás tú a mí.-le hice burla e inmediatamente estampó un poco de pintura en mi cara. Ahí fue cuando empezó una guerra de pintura que terminó en una de cosquillas con los dos tirados por el suelo. Después de quedarnos un rato más ahí tirados, decidí pintar la frase. Cogí una brocha y pintura negra, quedaría genial sobre el azul clarito del resto de la pared.
- Every kiss, it gets a little sweeter.-leyó en voz alta cuando terminé, apoyando la mano al lado. Y luego siguió cantando.- It’s getting better, keeps getting better all the time girl.
- ¡Eh, cuidado! –le interrumpí.
- ¿Qué? –dijo quitando la mano. Demasiado tarde. Ya había dejado su huella ahí, al lado de la frase.- Uy.-dijo cuando se dio cuenta.- Se arregla fácilmente.-Cogió mi mano que también estaba manchada y la puso al lado de la suya.- ¿Ves? Ahora si que está la habitación totalmente perfecta.-sonrió antes de besarme.- Y tiene razón la frase, cada uno es mejor que el anterior.

(Niall)

- ¡Alice! ¿Dónde has puesto el chupete de Ethan? ¡No lo encuentro por ningún lado! –dije mirando por toda la habitación. Vamos, era un chupete, ¡no podía haber ido muy lejos!
- Pues no lo sé, tú eres el que está con el pequeño.-dijo entrando a la habitación con Victoria en brazos.- Cualquier día tu padre perderá la cabeza.-le dijo a él, le tenía tumbado sobre la cama, terminando de vestirle.- Está aquí, Nialler.-dijo enseñándome el chupete.
- ¿Lo escondes a propósito, verdad? –hablé al pequeño que me miraba con unos ojos azules, igual que los míos.
- Él no tiene la culpa de que seas el despistado más grande de este mundo.-rió Alice besando mi mejilla después.- Y termina de vestirte, al final vamos a llegar tarde.
- ¿Y si…mejor nos quedamos aquí?-dije abrazándola por detrás, depositando un beso en su cuello.
- No hagas eso.-sonrió.
- ¿El qué? –pregunté haciéndome el loco, volviendo a repetir la acción.
- Lo sabes perfectamente.-se giró para mirarme, aun con nuestra hija en los brazos.- Ponte la camisa y vámonos.-besó mis labios antes de salir de la habitación. Resoplé y escuché sus risas.
- Vámonos, pequeñajo.-dije cuando terminé de abrocharme los botones de la camisa, le cogí en brazos, cogí el bolso con las cosas de los bebés y salí de la habitación para encontrarme con mis dos princesas en el salón esperándonos.

(Rose)

Estábamos en casa de Louis y Carol. Habían terminado de decorarla y para celebrarlo nos habían invitado a todos a cenar allí. Solo faltaba por llegar la familia Horan, así que las chicas estábamos hablando de cómo les había quedado la casa y los chicos de sus cosas. Al rato sonó el timbre y nos levantamos rápidamente. Teníamos ganas de ver a esos pequeños adorables que cada día estaban más monos. Cuando llegaron, en seguida Carol cogió a Ethan y yo me hice con Victoria.

- No es justo, siempre los tenéis vosotras, así no hay manera de que quieran más al tío Harry.-se quejó.
- Cállate, rizos.-le contestó Carol sacándole la lengua.- Si dejamos a Ethan en tus manos, no le aportarás nada bueno.-bromeó y todas reímos.
- Sois todas unas malvadas.-replicó y Ashley le miró.- Menos tú, amor, tú eres la única que te salvas.-
- No seas pelota.-le dijo Zayn.
- Es que si no la dice eso, no hay tema por las noches, ¿verdad, Hazza? –dijo Louis y todos volvimos a reír menos la pareja.
- ¿No tenéis hambre? –dijo Ash, intentando cambiar de tema.

La cena estaba preparada así que entre todos pusimos la mesa y después de una cena entre risas, nos sentamos en el sofá para seguir charlando y pasándolo tan bien como siempre. 

¡Hola chicas! Sigo viva, sí, aunque por poco tiempo...jajajaja. Espero que os haya gustado este capítulo, tengo que decir que será el último con felicidad en el ambiente, en el próximo algo pasará, algo malo, sí, así que...preparaos...aunque no sé cuándo voy a poder subirlo. Cada vez quedan menos capítulos, cinco para ser exactos y bueno, serán más largos que este (eso intentaré, al menos). Muchísimas gracias, una vez más. Os quiero.
Sarai.